Jueves Santo - Cena del Señor

Ciclo y fecha
Cicle: 
B
Temps: 
Cuaresma
Data : 
Jueves, 28 Marzo 2024
Como tú, Señor Jesús, queremos amar al mundo

Señor Jesús, nos ponemos hoy ante ti
en actitud de agradecimiento y silencio;
agradecimiento porque es lo que sale del corazón
al darnos cuenta de que somos amados
y hasta dónde llega el amor que ofreces;
silencio porque tu generosidad
supera lo que nosotros haríamos
por nuestros hermanos.

Que de nuestro silencio de adoración y gratitud
brote un deseo cada vez mayor
de ser discípulos tuyos más fieles,
de ponernos al servicio de los demás
como tú cuando lavabas los pies.

Como tú, Señor Jesús,
queremos amar al mundo,
pero a veces nos da miedo porque lo vemos
lleno de guerras, de injusticias,
de violaciones de los derechos
y la dignidad de las personas.

No acabamos de creernos que únicamente
el amor y el servicio, como tú propones,
lo puedan cambiar.

Haz que comprendamos
y pongamos en práctica
lo que tú hiciste y nos dejaste como herencia.

Que la Iglesia que celebra la Eucaristía
sea también la comunidad que se distingue
por el servicio, por ser portadora de esperanza,
por el compromiso por la paz
y la defensa de la vida y la dignidad de todos.

Que quienes cada día nos alimentamos de ti
aprendamos a dar, como tú, la vida.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Ponernos al servicio de los hermanos

Que sepamos ponernos
al servicio de los hermanos
sin esperar nada a cambio
y comprendiendo a los que les cuesta aceptar atenciones
porque, como Pedro,
temen no saber corresponder de manera adecuada.

 Con el gesto de lavar los pies a tus discípulos
nos recuerdas que el amor
debe traducirse en acciones concretas.
Danos la humildad necesaria
para no caer en la autosuficiencia
ni el paternalismo,
y danos también sabiduría
para comprender que el servicio cristiano
nace del amor y crea lazos de afecto. 

Hoy, día del amor Fraterno,
llevamos a tu presencia
a las personas que dedican su vida
al servicio de los demás.
Que sepamos ver lo bueno que hacen
en favor de los más necesitados. 

Y que estos días santos sean una ocasión
para agradecer a las personas
que en nuestras familias o en el vecindario
ateienden a los ancianos
y a personas con enfermedades incurables.
Hazles sentir, Señor, nuestro afecto
y danos la creatividad y la disposición necesaria
para ponernos a su servicio.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Cada eucaristía es el memorial de tu entrega por nuestra liberación

Hay momentos íntimos
en que caen las barreras,
momentos privilegiados
en los que se abre el corazón de una persona
y podemos vislumbrar lo más profundo de su ser.

Tú has querido que este momento fuera eterno.
Cada vez que celebramos la eucaristía
podemos revivir, podemos participar
de las sensaciones de aquella tarde
densa e inolvidable.

Me parece que entiendo lo que quieres:
que cada eucaristía sea el memorial
de tu entrega hasta el final
por nuestra liberación.

Que entendamos que tu precepto
no es que asistamos a misa,
sino que nos unamos a ti en este acto
de entrega por amor.

Por eso la misa queda incompleta
si no salgo con la voluntad decidida
de lavar los pies a los que me has dado
como hermanos, y de unirme a tu gesto
de oblación por la humanidad.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
La nueva ley universal del Reino de Dios es el servicio mutuo y el amor fraterno

«Haced esto en memoria mía».
Así instituiste el ministerio ordenado,
gracias al cual nos convocas continuamente
para que nos reunamos en comunidad
a tu alrededor
y nos haces participar de tu entrega,
que tiene un valor universal
y que se actualiza para nosotros
cada vez que celebramos la eucaristía.

Después de lavar los pies dijiste:
«Así también tenéis que hacer vosotros
unos a otros» y así, como una mancha de aceite,
extender por todo el mundo
la nueva ley universal del Reino de Dios,
que es el servicio mutuo y el amor fraterno.

Sí, gracias por el ministerio ordenado,
pero ante todo gracias porque por el bautismo
nos has hecho sacerdotes,
participantes de tu único sacerdocio,
capaces de ofrecernos junto a ti
para que la salvación llegue a todos.

Que tengamos siempre presente
que no ejerciste el sacerdocio en el templo
sino en la cruz.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Para que vosotros también lo hagáis...

Hoy recordamos tus palabras
a propósito del Hijo del Hombre:
«no ha venido para que le sirvan
sino para servir y dar la vida». 

«Servir» es el sello que identifica
tu vida que pasaste haciendo el bien.
Ahora que ha llegado tu hora,
nos lo quieres dejar en testamento:
«nos has dado ejemplo
para que nosotros también lo hagamos.» 

Llena nuestro corazón de tu amor
para que veamos claro
que «lavar los pies» es «eucaristía»;
y para que comprendamos
que «eucaristía» es «lavar los pies»:
dos maneras reales y pascuales
de hacer tu memorial.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Jesús es un testigo fiel del amor de Dios

Gracias, Jesús, por tu vida,
porque eres un testigo fiel del amor de Dios.

Tu ejemplo, tus palabras y tus acciones
nos muestran el rostro del Padre
que nos ama hasta el extremo.
Y tu vida termina recordándonos el mismo mensaje.

Por ello, en una cena con tus amigos,
nos ofreciste tu Cuerpo y tu Sangre
y te pusiste a lavarnos los pies,
para que nunca olvidemos
que Aquel que es mayor se hace pequeño,
renuncia a su condición
para estar a nuestro lado.

Gracias por seguir alimentándonos
con el sacramento de la Eucaristía,
tu presencia entre nosotros
a pesar del paso de los siglos.

Gracias porque continúas lavándonos los pies
para purificar nuestra vida,
curar nuestras heridas,
consolar nuestras tristezas,
para que podamos seguir caminando,
sin desfallecer,
hacia la casa del Padre donde Tú nos esperas.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret