Casademont Vila, Josep Maria

Fechas
Nacimiento: 
12 de marzo de 1915, en Sant Feliu de Pallarols (Girona)
Profesión religiosa: 
15 de agosto de 1931
Martirio: 
26 de julio de 1936, en Lleida

Para hacerse una idea de la personalidad del mártir Josep Mª Casademont Vila, nada mejor que leer el informe que de él escribió su formador el P. Felipe Calvo:

“Verdadero apóstol a lo Claret, más que en ciernes ya en sazón de ardorosa actividad. El carácter fogoso de los primeros años, que en su familia y vecindario se traducía por “el niño tremendo”, bien ordenado y orientado como fue desde su ingreso, había de colocarle en primera línea de nuestros estudiantes misioneros y propagandistas. Alma pura y ferviente, corazón generoso y dócil, temple impulsivo e impaciente era al propio tiempo todo servicialidad, abnegación y obediencia. Desde la fecha exacta de su primera profesión cargóle el Señor una cruz espiritual, dolorosa y oculta, que él llevó resignado, humilde y valeroso hasta la muerte”.

Josep Casademont nació en Sant Feliu de Pallarols, comarca de la Garrotxa, el día 12 de marzo de 1915 y fue bautizado por Mn. Gabriel Charles el 15 del mismo mes y año, recibiendo los nombres de Josep Ignasi Bartomeu. El obispo Francesc de Paula Mas Oliver le confirmó el 13 de septiembre de 1916. Los padres de Josep eran Josep, el herrero del pueblo que había patentado un arado giratorio, y Teresa, una santa mujer. Tuvieron otros hijos: Josep, Bonaventura, Jaume, Ramon y Lluís, y una hija María.

El P. Emili Bover, misionero claretiano, desveló en él la vocación misionera. Ingresó en el seminario en verano de 1926 en Cervera junto con su futuro compañero de martirio Francesc Xavier Amargant. Y cursó humanidades dos años en Barbastro y otros dos, desde 1928 en Cervera. Con aprovechamiento, fruto de gran aplicación. Profesó en Vic el 15 de agosto de 1931. Entre sus propósitos de ejercicios se encuentran: Estudiar mucho, ser muy caritativo, rehuir el respeto humano, estudiar mucho sin perder el tiempo. Dar buen ejemplo.

De Vic pasó a Solsona para estudiar filosofía desde agosto de 1931 hasta 1934. No era brillante en los estudios, pero con su constancia y aplicación obtuvo buenas calificaciones. Dos misioneros –PP. Pau Pujolar, de Fernando Poo y Llorenç Gandol, destinado a China- despertaron en él un gran entusiasmo por las misiones que encauzó sabiamente desde la A M C = Academia Misional Cervariense colaborando asiduamente en la revista “El Misionero” y enriqueciendo la biblioteca misional del Colegio con libros y revistas misioneras de España, de Francia, de Italia, incluso de Alemania, dado su conocimiento de esta lengua. En el año 1934 empezó el estudio de la teología en Solsona mismo. El 26 de agosto de 1935 pasó a Cervera a continuar la teología.

Josep Mª Casademont destacó brillantemente por su amor a las misiones inter gentes, por la preocupación por su propia formación, y por la propaganda de las misiones. Escribió artículos interesantes en El Misionero. Escribiendo al P. Gandol, misionero en China le decía:

No puede figurarse la repugnancia que siento teniendo que escribir para el público, considerándome tan poco preparado científica y literariamente, pero puesto que la obediencia lo exige, se ha de hacer con gusto”.

En todos estos años de formación, los superiores y compañeros reconocen en Josep Cadademont un modelo de estudiante claretiano hijo del Corazón de María.

La devoción al Corazón de mi Madre ha de ser mi anhelo; mi respiro, mi vida; mi todo lo ha de ser este sin par Corazón. En él pediré a mi Madre que guarde un rinconcito donde pueda yo morar, donde pueda orar, respirar, vivir seguro de los ardides de mis enemigos, un lugar, que espacioso es para introducir en él todos los humanos corazones donde descanse siempre seguro y tranquilo mi pobre, débil i mísero corazón. Procuraré practicar la vida de intimidad con mi Madre, por Ella y con Ella iré a Jesús. (Solsona 12 de agosto de 1932)

La hora del gran testimonio le llegó el 26 de julio de 1936 junto con sus 13 compañeros de carrera y el P. Manuel Jové. No era cosa nueva para él la idea del martirio. Entre las gracias que se proponía pedir en diciembre de 1928 hay una: “El santo Martirio”.

Por lo demás, el ambiente martirial se respiraba por todas partes con las noticias de los mártires de México y los amagos de persecución en España en los primeros años 30 del siglo XX. Pero en Josep Casademont y en su compañero Senén López hay un rasgo notable que destacar. Expulsados ya de Cervera y refugiados con muchos miembros de su numerosa comunidad en el monasterio Mercedario de Sant Ramon, los dos en manos del P. Joan Agustí en la misa del día siguiente, 23 julio, hicieron la Profesión Perpetua los Sres. Josep Casademont Vila y Senén López Cots; y renovaron su Profesión por diversos tiempos otros siete Estudiantes.

El resto de los sucesos ya los conocemos por los avatares que ocurrieron al grupo capitaneado por el P. Jové hasta el cementerio de Lleida.