Domingo I de Cuaresma

Ciclo y fecha
Cicle: 
B
Temps: 
Cuaresma
Data : 
Domingo, 18 Febrero 2024
Que la Cuaresma nos lleve a vivir en actitud Pasqual

Dios y Padre nuestro,
empezamos la Cuaresma
pidiendo que, como Jesús,
nos dejemos conducir por el Espíritu
a tiempos de silencio interior
para renovar y fortalecer nuestra fe,
y saber actuar según el Evangelio de tu Reino.

Haznos, Padre, respetuosos
con todo lo que has creado y amas:
con el universo, que es la casa común
de la familia humana,
y especialmente con cada persona,
de quién Tú eres amigo y aliado.

Que sepamos mirar a todos
con tus propios ojos
y jamás con rivalidad o enemistad.

Padre: tú pones tu arco en el cielo
como signo de paz y de alianza
y no como arma de guerra;
y nosotros seguimos peleándonos,
excluyendo y fabricando armas de destrucción.

Ayúdanos a convertirnos,
a creer que el camino
de paz y reconciliación es posible
y el único que conduce a la salvación;
haznos, como Jesús,
portadores de Evangelio.

Que la Cuaresma que empezamos
nos lleve a vivir en actitud Pasqual:
dejándonos transformar
por la vida siempre nueva
que Jesús nos ofrece,
dejándonos guiar por el Espíritu,
que nos hace seguir tus caminos
y nos da fuerza para superar tantas cosas
que aún no hacemos totalmente bien.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Queremos dejarnos conducir por ti

Señor, todos vivimos en el desierto.
El mal está presente y muchas veces
las personas actuamos a modo de alimañas.
Queremos vivir estas situaciones
sabiendo que estás a nuestro lado
y que podemos vencer el mal
a fuerza de bien.

Señor, la tentación nos acompaña siempre.
Cuesta mantenerse al margen del dinero,
la publicidad, el poder.
Queremos valorar todo en su justa medida.
Ayúdanos, Señor.

Señor, fuiste llevado al desierto.
No sabías lo que allí podía suceder.
Queremos dejarnos conducir por ti,
sabiendo que en todo momento
tenemos tu ayuda.

Señor, queremos pedirte
por nuestros hijos y por los jóvenes.
Que vivan en penitud
sin dejarse arrastrar por el dinero fácil,
la droga o cuanto pueda corromperles.

Que busquen la verdad
y trabajen por los valores
que fomentan la dignidad humana.

"La Missa de cada dia", de l'Editorial Claret
Dios hace una alianza eterna con nosotros

La alianza de Dios con Noé
y a su vez con cada uno de nosotros
tiene poco parecido con nuestros contratos.
Dios empeña su Palabra
y la mantiene pase lo que pase.

Ante las empresas que cierran
y los despidos masivos más o menos justificados
sentimos que un contrato,
por más firmado que esté, no vale nada
y cuando nos traiciona un amigo,
la palabra pierde todo su valor.

Jesús en el momento de iniciar su vida pública
siente la inseguridad y el miedo
como cada uno de nosotros,
porque los compromisos con fecha de caducidad
acaban afectando a los compromisos más sagrados
como puede ser el matrimonio
o la entrega a Dios.

Que esta Cuaresma nos ayude a cuidar
los pactos con los más cercanos a nosotros
y con la naturaleza
y que al renovar nuestras promesas bautismales
la Noche de Pascua,
sintamos que Dios hace una alianza eterna con nosotros.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Vivir el reto del desierto

Jesús,
durante la Cuaresma, querría vivir
los retos del desierto en tu compañía
y aprender a valorar mi vida.

Para comprender y vivir mi misión,
necesito un espacio de desierto y de silencio,
que me permita liberarme del materialismo
al que me someten el ambiente y las propagandas.

Me quieren atrapar en su frenético engranaje,
y así impedirme que reflexione
y me sienta libre en mis decisiones.

Ayúdame a aprovechar la Cuaresma
y mirarme la vida con una nueva perspectiva.
Que en el contacto con Dios y con los hermanos
vaya descubriendo el sentido y las exigencias
de mi misión.

Que purifique mi mirada y mis motivaciones.
Que aprenda a amar y respetar
a Dios y a los demás.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Ayúdanos a convertirnos

Dios y Padre nuestro,
empezamos la Cuaresma pidiendo
que, como Jesús, nos dejemos conducir por el Espíritu
a tiempos de silencio interior
para escuchar y alimentarnos de tu palabra
para renovar y fortalecer nuestra fe,
y saber actuar según el Evangelio de tu Reino.

Haznos, Padre, respetuosos
con todo lo que has creado y amas:
con el universo, que es la casa común
de la familia humana,
y especialmente con cada persona,
de quien Tú eres amigo y aliado.
Que sepamos mirar a todos
con tus propios ojos
y jamás con rivalidad o enemistad.

Padre: tú pones tu arco en el cielo
como signo de paz y alianza
y no como arma de guerra;
y nosotros seguimos peleándonos,
excluyendo y fabricando armas de destrucción.

Ayúdanos a convertirnos,
a creer que el camino de paz y reconciliación
es posible y el único que conduce a la salvación;
haznos, como Jesús,
 portadores de Evangelio.

Que la Cuaresma que empezamos
nos lleve a vivir en actitud pascual:
dejándonos transformar por la vida siempre nueva
que Jesús nos ofrece,
dejándonos guiar por el Espíritu,
que nos hace seguir tus caminos
 y nos da fuerza para superar tantas cosas
que aún no hacemos totalmente bien.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
La desgracia no es experimentar la tentación sino sucumbir a ella

En el padrenuestro decimos:
No nos dejes caer
en la tentación.

La tentación es inherente al ser humano.
Nos has dado libre albedrío, Señor,
y por lo tanto la posibilidad de apartarnos de ti.
Lo has querido así
porque quieres atraernos por amor
y no por necesidad.
La desgracia no es experimentar la tentación
sino sucumbir a ella,
rechazar tu oferta franca de amor
y optar por aventuras
que no llevan a ninguna parte.

Señor Jesús, todos conocemos el desierto:
fracasos, desengaños, falta de fuerzas,
de sentido y motivación para seguir.
Tú lo has vivido y has vencido.
Los ángeles te alimentaban.
Tú mismo te das ahora como alimento
y nos anuncias que tenemos la victoria al caer:
el Reino de Dios está cerca.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Queremos colaborar contigo a hacer real tu salvación

Señor, gracias por hacer una alianza con nosotros,
por querer pactar con cada uno de tus hijos,
por regalarnos tu vida y tu amor.

Queremos corresponder a tu ofrecimiento,
acoger lo que nos das,
ignorar las tentaciones
que nos presentan una salvación devaluada.

Queremos escucharte a Ti
y no los caprichos de nuestro corazón,
que nos seducen con falsos paraísos.

Queremos contribuir al bienestar de nuestros hermanos,
luchar contra el sufrimiento,
amortiguar el peso de la desdicha,
atenuar las llamas del dolor.

Queremos colaborar contigo a hacer real tu salvación,
a infundir esperanza en los corazones abatidos,
a apoyar a los que se sienten consternados en medio de la aflicción.

Queremos proclamar que eres un Dios de vida,
que no pretendes la ruina de nadie.
Solo quieres que nos convirtamos
y que recibamos como un regalo la vida.

Gracias por las aguas del bautismo
que nos han hecho nacer de nuevo.

Gracias por tu Hijo que se enfrentó a las tinieblas de la muerte
para traernos la luz de la resurrección.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret