Domingo de Pentecostés

Ciclo y fecha
Cicle: 
A
Temps: 
Pascua
Data : 
Domingo, 28 Mayo 2023
Ven a nosotros, Espíritu Santo

Ven a nosotros, Espíritu Santo:
es la súplica que hoy te dirige toda la Iglesia.
Llena nuestros corazones con tu amor
y haz que estemos dispuestos
a dejarnos llenar,
que seamos lo bastante humildes y pobres
para saber que te necesitamos.

Tú, que eres el Espíritu de la verdad y de la vida,
ayúdanos a saber valorar debidamente
a cada persona y a cada pueblo de la tierra,
con sus culturas e historia;
ayúdanos a saber usar correctamente
todo lo que nos permite existir: la tierra,
el aire, el agua y los recursos del universo:
que lo tratemos como un regalo
que está al Servicio de toda la humanidad.

Ayúdanos también a saber descubrir
toda la bondad y bien que has puesto
en el corazón de los hombres y mujeres de hoy.

Tú, que eres el Espíritu consolador,
muéstranos cómo podemos estar al lado
de los que sufren, y cómo podemos colaborar
a aliviar sus sufrimientos.

Tú, que acompañaste todo el camino de Jesús,
ayúdanos a ser, como él, personas que
hacen el bien por donde pasan, y que
viven apasionadamente los valores del Reino.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Señor, tu Espíritu es el aliento de amor que empuja al mundo y a la historia

Señor, la fortaleza de tu Espíritu
hace posible el perdón y la actitud
de ayuda y servicio de las personas
que tienen lo justo para vivir
y son el sustento de otros que nada tienen.

La sabiduría que viene del Espíritu
nos hace ver el corazón de las personas,
nos hace comprender
las actitudes sin sentido
que todos tenemos en más de una ocasión
y nos empuja a buscar soluciones
a la situación económica y social
que nos toca vivir.

Señor, que el don de piedad
nos haga cada vez más creyentes.
Que te sepamos encontrar en los hermanos
y recordemos en todo momento
que has hecho una alianza de amor
con nosotros.

Señor, tu Espíritu dirige la mente
y el corazón de los científicos,
alienta y da sabiduría
a los que tienen responsabilidad
y a cada uno de nosotros
nos inspira la respuesta adecuada.

Señor, tu Espíritu es el aliento de amor
que empuja al mundo y a la historia.
Es la sonrisa de Dios
en medio de la desazón
y la falta de esperanza.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Tú lo haces todo nuevo y vivo entre nosotros

Tú lo haces todo nuevo y vivo entre nosotros.
Transformas los pensamientos en oración,
las palabras en verdades,
las miradas y los gestos en signos de amor,
los ritos en sacramentos de tu presencia
y tu acción salvadora entre nosotros.

Espíritu Santo, efusión eterna de amor
entre el Padre y el Hijo,
desbordamiento de amor divino
que se derrama sobre nosotros,
nos haces participar, seres creados como somos,
de la vida eterna e increada en Dios.

Tú remueves los obstáculos que nos dividen
y las suspicacias que nos alejan,
tú nos enseñas a mirar, a hablar,
a perdonar, a curar, a compartir como Jesús.

Tú guías nuestros pasos, nos das la energía y el alimento
para que sigamos caminando
hacia el Hogar que nos has preparado, 
donde vives siempre con el Padre y con el Hijo.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
¡Abre nuestro corazón a su Espíritu!

Jesús, Señor,
tú dijiste a tus apóstoles:
«Os conviene que yo me vaya, 
para que os envíe el Defensor».

Nos has enviado tu Espíritu
que –como viento impetuoso–
empuja nuestra barca mar adentro.

Danos el coraje que necesitamos
para que osemos presentar las velas
al vital impulso de tu Espíritu.
Para que sepamos recordar y entender
todo lo que Jesús nos enseñó:
¡abre nuestro corazón a tu Espíritu!
Para que seamos capaces de «palpar»
tu presencia viva en medio de nosotros:
¡abre nuestro corazón a tu Espíritu!

Para que no nos atenace el miedo
ante un mundo que te desconoce: 
¡abre nuestro corazón a tu Espíritu!

Danos el coraje que necesitamos
para que sin miedos ni recelos
abramos nuestro corazón a tu Espíritu.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que seamos testigos fieles de tu amor y tu Palabra

Señor, el Espíritu concedió a los discípulos
el don de hacer comprensible el mensaje de Jesús.
Es el don de la Sabiduria
fundamentada en el amor.
Que al igual que el Beato Ramón Llull
recordemos en todo momento
que «si no podemos entendernos con las palabras», entendámonos con el amor
siempre es comprensible.

Los discípulos
«ebrios del vino nuevo del Espíritu»,
salieron a predicar y sin miedo declararon su fe.
Danos tu Espíritu, Señor,
para que seamos testigos fieles
de tu amor y tu Palabra.

Nuestras comunidades, Señor,
se parecen a la de la primera lectura.
Procedemos de todos los pueblos
y de todas las culturas.
Que sobrellevemos nuestras diferencias
con amor, y nos esforcemos en mantener
la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.

Señor, que la Iglesia, casa de Dios,
levantada con piedras vivas,
sea modelo de paz,
de comprensión y de solidaridad.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Envíanos tu Espíritu

Señor, vivimos en un mundo dividido.
Rivalizamos por discordias absurdas.
Pretendemos imponer nuestros criterios.
No somos capaces de tejer la unidad.

Envíanos tu Espíritu para que,
aunque hablemos idiomas distintos,
podamos entendernos;
pese a no compartir las mismas ideas,
estemos dispuestos a convivir en paz y hermandad;
y pese a nuestras desavenencias,
encontremos puntos de comunión
que nos hagan avanzar
por el camino de la fraternidad.

Esto solo es posible
desde tu Espíritu,
que nos permite vivir
chispas de la comunión de la Trinidad.

La unidad que nace de Dios
es un don muy grande.
Nos ayuda a superar la competencia
incitada por nuestro egoísmo,
por el afán de hacerse notar.

En cambio, con la presencia del Espíritu
nos damos cuenta de que la gloria solo pertenece a Dios
y nuestra misión es proclamar
su grandeza
desde nuestra lengua,
desde nuestro talante,
desde nuestra especificidad.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret