Domingo de Ramos

Ciclo y fecha
Cicle: 
A
Temps: 
Cuaresma
Data : 
Domingo, 2 Abril 2023
Has rechazado el uso de cualquier tipo de violencia

Señor Jesús, nos gustaría tener
aquella fe entusiasta y llena de esperanza
de quienes te recibían con gritos de alegría
cuando llegaste a Jerusalén.

Y la fe austera de aquellos soldados
que te vieron morir solo y humillado,
pero con una dignidad que jamás ha tenido
ninguno de los poderosos de este mundo.

Queremos darte gracias, Señor Jesús,
porque has aceptado el riesgo que supone
la vida de cualquier persona humana:
ser traicionado, o condenado injustamente,
o abandonado por los más íntimos…

Y tú has vivido estas situaciones
sin dejar de amar, de perdonar,
sin dejarte manchar por el mal del mundo.
Has rechazado del todo y para siempre,
para ti y para los que queremos ser tuyos,
el uso de cualquier tipo de violencia.

Ayúdanos a entender qué significa
creer en ti y seguirte como discípulos;
ayúdanos a no quedarnos dormidos ante
la situación del mundo o de la Iglesia,
ni a dormirnos en nuestra mediocridad.

Que tu palabra y tu mirada
tengan la fuerza de despertarnos
y de ayudarnos a creer con hechos y de verdad
que tu camino y tu vida
son los que hacen posible un mundo nuevo
y una existencia más humana.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Acompañar a los que sufren

Señor, Tú sabes cuanto nos cuesta 
vivir los momentos difíciles
con dignidad y sin alardes.
Ayúdanos a valorar
los gestos de cariño de los que nos rodean
como Tú supiste agradecer a la mujer
que te ungió los pies en casa de Simón.

Que recordemos que el miedo
puede llevarnos a traicionar
a los que nos han hecho bien,
como Tú te sentiste traicionado
por los que te aclamaron
poco tiempo antes de tu Pasión.

Haznos valientes
para saber estar al lado del amigo
pase lo que pase.

Danos, Señor, la fortaleza de las mujeres
que supieron mantenerse junto a Ti.
Que sepamos acompañar a los que sufren
y acompañemos a nuestros amigos, hijos, esposa...
en los momentos de dificultad
aunque no comprendamos sus actuaciones.

Y hoy, de manera especial,
te encomendamos a las personas
que no pueden expresarse libremente
porque tienen miedo o están amenazadas. 

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Deseamos vivir como testigos de tu Reino

Señor Jesucristo,
celebrando el domingo de Ramos
me gustaría ser como aquellos 
que te recibían y te aclamaban
cuando entraste en Jerusalén.

Cuando se proclama la pasión
me estremece el pensar
que también yo puedo negarte,
puedo declarar que no te conozco
y que no soy de los tuyos,
o puedo contribuir
a marginarte de la vida social.

Por eso te suplico, Señor,
que pidas por mí
y por tu Iglesia,
como rogaste por Pedro,
para que nuestra fidelidad
no se apague.

Danos la humildad necesaria
para suplicarte cada día,
como hacía aquel crucificado:
“acuérdate de nosotros”.
Querrá decir que nosotros
queremos acordarnos de ti
y de tu Evangelio
y que deseamos vivir
como testigos de tu Reino.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Tu camino y tu vida son los que hacen posible un mundo nuevo

Señor Jesús, nos gustaría tener
aquella fe entusiasta y llena de esperanza
de quienes te recibían con gritos de alegría
cuando llegaste a Jerusalén.

Y la fe austera de aquellos soldados
que te vieron morir solo y humillado,
pero con una dignidad que jamás ha tenido
ninguno de los poderosos de este mundo.

Queremos darte gracias, Señor Jesús,
porque has aceptado el riesgo que supone
la vida de cualquier persona humana:
ser traicionado, o condenado injustamente,
o abandonado por los más íntimos…

Y tú has vivido estas situaciones
sin dejar de amar, de perdonar,
sin dejarte manchar por el mal del mundo.

Has rechazado del todo y para siempre,
para ti y para los que queremos ser tuyos,
el uso de cualquier tipo de violencia.

Ayúdanos a entender qué significa
creer en ti y seguirte como discípulos;
ayúdanos a no quedarnos dormidos ante
la situación del mundo o de la Iglesia,
ni a dormirnos en nuestra mediocridad.

Que tu palabra y tu mirada
tengan la fuerza de despertarnos
y de ayudarnos a creer con hechos y de verdad
que tu camino y tu vida
son los que hacen posible un mundo nuevo
y una existencia más humana.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Aclamemos al Mesías

Con lágrimas de alegría
-y de pena, mezcladas-
te aclamamos,
porque vienes en nombre del Señor
para liberarnos y para dar la vida.

Tu entrada humilde, rey y Redentor nuestro,
inflama de admiración nuestros corazones
y provoca el homenaje de adornar tu camino
como si se tratara de un arco triunfal,
con colgaduras y palmas, enarbolando
ramas de laurel en las manos,
como signo anticipado de tu victoria
por tu inminente, durísimo, combate.

Los lloros acompañan a los gritos de alegría,
porque tú,-¿quién eres?- inquietas a Jerusalén.

Salimos a recibirte, Amor Omnipotente,
ahora montado sobre una cabalgadura, 
pero con el vivo deseo de arrodillarte
a los pies de tus seguidores,
con la jofaina del agua,
y, con tu sangre, purificarlos de todo pecado.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Nos has enseñado a confiar en Dios

Señor Jesús, gracias por ser dócil a la Palabra
y mantenerte fiel
hasta las últimas consecuencias.
Tu coraje nos ha salvado.
Nos has enseñado a confiar en Dios,
a entregarnos a sus manos sin miedo.
Gracias a tu generosidad
sabemos que dios no abandona a los justos
ni deja vencer a los enemigos.

Perdona, Señor, nuestra cobardía.
A veces nos dejamos llevar por la multitud
y así evitamos tomar decisiones.
Si todo va bien, estamos en primera fila,
pero si va mal,
regresamos a nuestras seguridades.

Tú, en cambio, nos muestras otro camino.
Nos animas a afrontar las dificultades
con la esperanza de que Dios nos ayudará.
Tú no te dejas seducir por los elogios
y escuchas al Padre pese a la incomodidad del trayecto.

Te presentamos la conversión
de nuestro corazón
durante esta Semana Santa.
Que tu Espíritu nos dé la fuerza necesaria
para cumplir tu voluntad
más allá del éxito o del fracaso.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret