Domingo II de Adviento

Ciclo y fecha
Cicle: 
A
Temps: 
Adviento
Data : 
Domingo, 4 Diciembre 2022
No tardes más en venir, que te esperamos

Te rogamos, Señor, que nos enseñes a vivir
en una actitud de búsqueda,
de escucha de tus caminos
que siempre son mayores
que nuestros proyectos.

Gracias porque nos amas tanto,
que sigues confiando en nosotros,
y nos llamas a una conversión
continua y profunda
de nuestro corazón y actitudes.

Gracias porque nos invitas a velar
para que nuestra vida
no esté en contradicción
con tu estilo de vida.

Gracias porque nos llamas
a vivir en actitud de lucha,
por traducir en nuestra vida
el mensaje de solidaridad,
la llamada a compartir
de la que nos hablas en cada eucaristía.

Gracias porque nos recuerdas
que es fácil y posible
si nos liberamos de las pequeñas muertes
que llevamos en la mochila,
y nos dejamos conocer y acompañar
por los demás.

Ir descubriendo, al hacerlo, el amor
no deja de ser esto;
ir haciendo camino en compañía.

No tardes más en venir, que te esperamos.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Juan Bautista nos anima a convertirnos

Señor, nos cuesta reconocer el éxito o el bien
en nuestro quehacer en la comunidad cristiana.
Ponemos todo nuestro esfuerzo y olvidamos
que Tú puedes cambiar los corazones
y transformar nuestras lágrimas en cantos.

Señor, Juan Bautista nos anima a convertirnos,
es decir, a embellecer nuestro corazón.
Tal vez nuestra conversión
no exija grandes cambios.
Una sonrisa, una palabra dicha a tiempo
o un volver a empezar,
pueden allanar el camino
para los encuentros navideños.

Señor, líbranos de la hipocresía.
Ante ti no valen las apariencias.
Que nuestra conversión sea sincera
y se traduzca en actos de amor y generosidad
hacia los que más lo necesitan.

Señor, si miro atrás,
únicamente puedo dar gracias
por todo lo que has hecho por mí.
A veces no puedo comprenderte,
peró sé que estás a mi lado.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Frutos de conversión

Tú, Señor, vienes con poder
Isaías y Juan Bautista coinciden
en la fuerza y en la seriedad de su mensaje,
y nos llaman a convertirnos, a volver a Ti,
a transformarnos, a conmocionarnos,
porque ya es inminente una realidad
que en gran parte ignoramos y nos supera,
que debería imponernos: tu Reino.

Ayúdanos a revisar nuestra ruta:
¿debemos cambiar de dirección, o afinarla?
¿No es muy pobre nuestra cosecha de frutos?
¿No es escaso el cultivo de la austeridad debida?

Nuestro pecado, inconsciente, inconfesable,
es el habernos acostumbrado a prescindir de Ti.
No nos permitas ser tan insensibles.
Devuélvenos, oh Dios,
el espíritu del santo bautismo,
de un cristianismo de hechos, y de fuego.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que aprendamos a mirarnos con tus ojos

Señor, qué lejos estamos de un mundo
en que el lobo conviva con el cordero
y el becerro pazca con el león.
Hay mucha violencia en el mundo,
incluso dentro de las familias.

Pero no nos desanimamos:
trabajamos y nos esforzamos para convertirnos
y para que el mundo se llene del fuego
de tu Espíritu de paz y de justicia.

Que las comunidades y las familias cristianas
sean profecía de este mundo nuevo,
que sepamos aceptarnos los unos a los otros
tal como Cristo nos ha aceptado,
y que esto sea una alabanza a Dios
y un testimonio para la humanidad.

Que aprendamos a mirarnos con tus ojos,
llenos de amor fiel y entrañable,
que dediquemos más energías a perdonar
y a animar que a criticar, reprender y exigir.
Que encontremos siempre en ti
paz, consuelo y esperanza.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret