Te rogamos, Señor, que nos enseñes a vivir
en una actitud de búsqueda,
de escucha de tus caminos
que siempre son mayores
que nuestros proyectos.
Gracias porque nos amas tanto,
que sigues confiando en nosotros,
y nos llamas a una conversión
continua y profunda
de nuestro corazón y actitudes.
Gracias porque nos invitas a velar
para que nuestra vida
no esté en contradicción
con tu estilo de vida.
Gracias porque nos llamas
a vivir en actitud de lucha,
por traducir en nuestra vida
el mensaje de solidaridad,
la llamada a compartir
de la que nos hablas en cada eucaristía.
Gracias porque nos recuerdas
que es fácil y posible
si nos liberamos de las pequeñas muertes
que llevamos en la mochila,
y nos dejamos conocer y acompañar
por los demás.
Ir descubriendo, al hacerlo, el amor
no deja de ser esto;
ir haciendo camino en compañía.
No tardes más en venir, que te esperamos.