Conmemoración de los Fieles difuntos

Ciclo y fecha
Cicle: 
B
Temps: 
Santoral
Data : 
Sábado, 2 Noviembre 2024
La fe nos ayuda a creer que Tú nos esperas

Gracias, Jesús, por amarnos tanto
y querer que estemos contigo
allí donde estás.

Quisiéramos quedarnos para siempre donde estamos ahora
porque nos inquietan los cambios,
nos sentimos inseguros y nos dejamos llevar por inercias.
Nos cuesta adentrarnos en nuevos horizontes por miedo al vacío,
a encontrarnos con una realidad desconocida.

En cambio, la fe nos ayuda a creer
que Tú estás ahí,
que Tú nos esperas,
que Tú quieres estar con nosotros,
que ni los contratiempos, ni las preocupaciones,
ni tampoco los peligros
y aún menos la muerte
nos podrán separar de tu amor,
porque es un amor divino.
Un amor capaz de crearnos de la nada;
un amor que nunca muere
y que no deja de insuflarnos vida.

Haz que creamos en este misterio tan grande,
ayúdanos a confiar.

Deseamos reencontrarnos con nuestros seres añorados
que ya disfrutan de tu gloria,
la que el Padre te concedió antes de la creación del mundo.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Señor, creemos que los difuntos viven y que un día volveremos a reencontrarnos

Señor, hoy recordamos
a las personas queridas que nos dejaron.
Cuesta mantener el recuerdo porque la vida
cada vez nos deja menos tiempo libre.
Hoy dedicamos un rato
a sentir su presencia y su ayuda.
Que nuestra oración sea una prueba de amor sincero.

La Eucaristía de hoy nos permite
ser conscientes de la totalidad de la Iglesia:
la Iglesia Triunfante, la Iglesia Purgante
y la Iglesia Peregrina.
Todos formamos una unidad.
Una unidad de amor que nada tiene que ver
con la moda de Halloween.

Señor, queremos darte gracias
por las personas que nos precedieron.
Por cuantos lucharon por un mundo mejor,
por las personas que dedicaron su vida a los demás,
por los padres de familia,
por cuantos pasaron haciendo el bien.

Señor, nuestra oración por los difuntos
es nuestro acto de fe.
Creemos que viven
y que un día volveremos a reencontrarnos.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
¡Haznos testigos de esperanza!

Padre nuestro, Dios de la vida, recordamos hoy
a todos nuestros hermanos y hermanas
que ya terminaron su camino
en este mundo;
y lo hacemos con la confianza de saber
que han sido recibidos en tu casa,
que tú nos dices que es también nuestra casa.

Te damos gracias, Padre,
por la esperanza que nos ofreces,
por tu deseo de que todos lleguen
a la plenitud de la vida,
que es la comunión contigo
y con toda la humanidad
en un universo renovado por tu amor.

Te pedimos por todas las familias
que han perdido alguna persona querida
a lo largo del último año.

Que nadie tenga que morir
sin el afecto de la familia o de los amigos,
ni a causa de la violencia
o por falta de atención médica,
de alimentos o higiene
y, sobre todo, que nadie muera sin esperanza.

Que, mirando a tu Hijo Jesús,
aprendamos a valorar como él la vida humana,
a estar al lado
y aliviar el sufrimiento de los que lloran
o pierden la esperanza;
que aprendamos a construir,
con la fuerza de tu amor y de tu palabra,
un mundo más humano y fraterno
que empiece a ser signo y prenda
de la plenitud que nos prometes
y en la que nosotros creemos.

¡Haznos testigos de esta esperanza!

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Nuestros difuntos gozan ya de la Vida

Señor, aceptar el sufrimiento
que no podemos remediar
nos ayuda a recordar la finitud de nuestra vida.
Acoge los sufrimientos que nos superan
como en su momento nos acogerás
a cada uno de nosotros.

Señor, hoy recordamos
a los que se fueron,
creemos que de alguna manera
están con nosotros
porque siguen vivos en nuestro corazón.
Su recuerdo nos hace más sencillo
hablar de vida eterna.

Señor, la palabra cementerio
nos recuerda que nuestros difuntos
duermen el sueño de la paz.
Duermen y al igual que Tú
gozan ya de la Vida.
Una vida que traspasa
nuestra capacidad de comprender.

Señor, recuerda a todas las personas
que han perdido a familiares y amigos
en accidentes o atentados.
Dales consuelo y esperanza. 

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Recordar a los difuntos con fe en la resurrección y la vida eterna

Somos muchos los que en estas fechas
visitamos los cementerios donde se conservan
los restos de nuestros difuntos
y así revivimos los recuerdos
y satisfacemos la nostalgia de su presencia.

Algunos lo llaman la última morada
y los asocian a la máxima tristeza.
Otros los convierten en escenario
de historias de miedo y fantasía,
reminiscencias de un paganismo latente.

Qué distinto es visitar el cementerio
con fe en la resurrección y en la vida eterna,
con la esperanza de que nuestro destino
no es reducirnos a cenizas
ni quedar en manos de fuerzas ocultas,
sino encontrarnos para siempre
en la paz y el gozo de Dios.

Entonces la nostalgia y el miedo
van dejando paso a la paz y la esperanza,
y el lugar donde nos sentimos cerca de los difuntos
ya no es el cementerio
sino el banquete de la eucaristía.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret