Amargant Boada, Xavier

Fechas
Nacimiento: 
25 de septiembre de 1916, en Sant Feliu de Pallarols (Girona)
Profesión religiosa: 
27 de septiembre de 1932
Martirio: 
26 de julio de 1936, en Lleida

Un formador suyo dejó escrita la siguiente ficha del estudiante Xavier Amargant Boada: “En cuerpo espigado y flaca salud, alma angelical y sumamente dócil y piadosa. Con su bueno y despejado talento corría parejas una tranquila y atenta laboriosidad, ofreciendo el conjunto un bello ejemplar de estudiante religioso, compañero afable y obediente súbdito”.

Xavier fue bautizado por Mn. Tomàs Gili en la parroquia de Sant Feliu de Pallarols el día 1 de octubre de 1916 con los nombres de Francesc Miquel Josep, nacido a las tres de la madrugada del día 25 de septiembre. Sus padres se llamaban Miquel Amargant Amargant y Dolors Boada Domènech. Años más adelante, el 23 de junio de 1929 fue confirmado en Cervera por el obispo claretiano de Tarija (Bolivia) Ramon Font Ferrés.

Ingresó niño en el seminario claretiano donde cursó con notable aprovechamiento los estudios humanísticos en que consiguió las mejores notas en latín, griego e historia. Y lo mismo en los cursos de filosofía con excelentes calificaciones.

El seis de septiembre de 1930, postulante todavía, escribió en Cervera al P. Emili Bover, en nombre y con la firma de los “vocacionados” por él. Entre las muestras de afecto, le da una noticia y una recomendación: “Hoy al ir al paseo del obispo nos ha salido un conejito que hemos alcanzado y rodeado en una mata... Se lo guardamos en la huerta para cuando venga y si lo quita el hermano cocinero proteste si no se lo pasa cuando venga”...

Terminado el noviciado, en que tuvo de maestro al P. Pau Jansà, profesó por vez primera en Vic el 27 de septiembre de 1932.

Se conserva un cuento suyo: “Entre las nieves”, en que un joven, dejando a sus compañeros de excursión, se empeña en alcanzar el monasterio de S. Bernardo, en los Alpes y es providencialmente reconocido por un perro y salvado por los monjes.

Pero hay otro más representativo de sus intereses religiosos: “Característica del apostolado claretiano”. Empieza evocando los ideales de Pío XI: las misiones y la acción católica. Y partiendo de la próxima beatificación del Arzobispo fundador Anton Mª Claret, traza una “ligera semblanza de la brillante actuación apostólica de Claret precursora de la actual Acción Católica”. Claret no tiene otra pasión que la de dilatar el reino de Cristo. “Sin esta pasión no se le puede concebir; es la realización viviente del Charitas Christi urget de San Pablo”. Y exhorta a sus lectores: “Aplicadle la definición que dio del hijo del Corazón de María y por ventura os parecerá insuficiente: no es un hombre que abrasa por donde pasa, es un sol que derrite cuanto toca, es una hoguera de apostolado que forja todos los medios para encender a todo el mundo en el fuego del divino amor; sí, todos los medios y mayormente adecuados al día de hoy”. Termina haciendo fervientes votos para que aquel genial apóstol “que no tuvo otra pasión que la de dilatar el reino de Cristo y que puso los adelantos de su siglo al servicio de esta pasión, sea declarado en día no lejano Patrón de la Acción Católica”.

Ambos artículos aparecieron en la revista colegial “Legión Cordimariana”. Reflejan algo del espíritu de Xavier Amargant, que si no pudo dar testimonio de Cristo por la predicación y por la prensa, lo selló con su sangre el 26 de julio de 1936 en el cementerio de Lleida junto con P. Manuel Jové y otros trece compañeros de estudios, hijos todos ilustres del Corazón de María y herederos del espíritu de san Antonio M. Claret.