Inmaculada Concepción

Ciclo y fecha
Cicle: 
A
Temps: 
Santoral
Data : 
Jueves, 8 Diciembre 2022
Que María, nuestra Madre, nos acompañe en el camino

Gracias, Señor, por María.
De ella aprendemos que es posible
decir sí con confianza y alegría.

Gracias, Señor, por el estilo de Nazaret.
Ambiente de familia sencillo, alegre y austero,
donde se da valor al trabajo bien hecho,
a los actos de bien y a la palabra sincera,
sin buscar el reconocimiento de los demás,
sino que se vive la alegría de hacer
lo que hay que hacer,
en un servicio atento
a las necesidades de los demás.

Necesitamos el silencio interior
para atender y entender
el paso de tu vida y tu palabra
en nuestra vida.
Necesitamos el silencio interior
para descubrir en nosotros a Nazaret.

Que comprendamos tu voluntad
en todo lo que sucede en nuestra historia,
en nuestra vocación
porque nos llamas a llevar a cabo
tu proyecto de salvación.
Te reconocemos porque,
a tu paso por nuestra vida,
dejas consuelo, paz, y una alegría profunda.

Que María, nuestra Madre,
nos acompañe en el camino,
y bajo su manto sintamos la serena fuerza
que se siente cuando nos inunda la confianza
de saber que permaneces siempre con nosotros.

"La Missa de cada dia", de l'Editorial Claret
Que, como María, la Iglesia sea portadora de vida y de esperanza

Te damos gracias y te bendecimos,
Dios y Padre de Jesucristo y nuestro,
porque es propio de ti bendecir a todos
y hacernos participar de tu vida;
porque tú únicamente actúas movido
por tu amor fiel a toda la humanidad.

Te damos gracias porque has llenado a María
de tu amor y de la presencia del Espíritu Santo
y porque en ella has vencido el mal
que mancha nuestras vidas.

Te agradecemos también por la disponibilidad
y obediencia activa y libre de María,
que ha cooperado y coopera a que Jesús
esté presente en nuestro mundo.

Concédenos, Padre, seguir el ejemplo
de María, madre de Jesús y nuestra,
madre de la Iglesia y de toda la humanidad.

Que aprendamos de María a no tener miedo
de acoger con corazón abierto tu llamada;
a confiar en que tú actúas en el mundo
cuando nos abrimos totalmente a tu amor
y nos ponemos en actitud de servicio.

Que María sea para toda la Iglesia
y para cada creyente imagen y modelo
del camino que queremos seguir
como discípulos de Jesús.

Que, como María, la Iglesia sea
portadora de vida y de esperanza.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Danos, María, tu fortaleza y valentía

Señor, escogiste a María
para que comprendiéramos
cómo podrían ser las cosas
si el pecado no tuviera cabida en nosotros.
Ayúdanos a mirar con ojos de amor
a todas las madres.
Que no veamos impureza donde Tú ves amor.

Que como María recordemos en todo momento
que nuestro «código de barras»
es «made in Creator»,
no es «made in Adán y Eva».
Que no nos movamos en función de la manzana
de turno o de la serpiente del momento.

Danos, María, tu fortaleza y valentía
para cuestionar al mismo Dios
y poder dialogar con las llamadas que nos hace,
con los signos de los Tiempos,
y la presencia del bien y del mal en el mundo.

Gracias, María,
por hacernos comprensible tu misterio:
nos impulsas a luchar contra el mal
en cualquiera de sus formas
porque la gracia que tú recibiste
también la hemos recibido nosotros
y no puede caer en saco roto.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
El Sí de María

Señor, gracias por confiar
en una mujer de carne y hueso.
Hablar de María
en términos de Inmaculada Concepción
puede hacerla lejana e inaccesible.
Entiendo que María fue una mujer
con una absoluta confianza en Dios y en José.

Gracias, Señor, porque nos das la seguridad
de poder llevar a término la misión
que nos has encomendado a cada uno.

Gracias al SÍ de María
los esposos
esperan con ilusión y turbación
el nacimiento de un nuevo hijo,
los matrimonios mayores
siguen amándose y cuidándose
por encima de sus fuerzas,
los religiosos y religiosas
se mantienen fieles a pesar de las dificultades
y la incomprensión social,
los sacerdotes siguen predicando la Palabra
en un mundo que parece pasar de Dios,
los jóvenes esperan y buscan un mundo mejor...
y todos sabemos
que la Gracia del Altísimo
nos cubrirá con su sombra.

Gracias, Señor. 

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
No tuviste miedo de acoger la palabra y la propuesta de Dios

María, Madre de Jesús y nuestra, te damos gracias
porque no tuviste miedo de acoger la palabra
y la propuesta de Dios y porque te dispusiste
de todo corazón a cooperar con su proyecto,
abriendo de par en par tu vida y dejando 
que Dios pudiera llenarte con su gracia.

Ruega por nosotros, María, 
para que no nos hagamos sordos 
a todo lo que Dios nos pide; 
que, como tú, todos los cristianos vivamos 
en la alegría profunda de ser amados por Dios 
y fieles a la vocación de llevar Jesús al mundo, 
para que cada persona pueda descubrirlo 
como amigo y salvador.

Ruega por toda la humanidad, María; 
por esta humanidad 
creada y amada por Dios y que a veces 
parece que olvide o ignore a su Padre; 
ayúdanos a ser muy conscientes
de que somos una sola familia 
y de que no podemos dejar a nadie arrinconado.

Ruega por todos los que han sido llamados
a seguir a Jesús sirviendo a los demás, 
en la vida religiosa, como sacerdotes o diáconos:
ayúdales a ser, como tú, 
fieles a la propia vocación y siempre próximos 
a las comunidades a las que deben servir.

Acompaña, María, con amor materno,
a toda la humanidad que te fue confiada
por tu Hijo Jesús.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que sepamos decir sí a las llamadas con que Dios irrumpe en nuestras vidas

Señor Jesús, tú que fuiste deseado
por tantas generaciones
que esperaban la llegada del Salvador
enviado por Dios desde el cielo,
finalmente te hiciste hombre
en el seno de una joven que se turbó
al oír el anuncio del ángel.
No entraba en sus planes
ser la Madre del Hijo de Dios,
pero sí que quería servirle
en lo que él dispusiera.

Ojalá que todos los niños,
tanto si son buscados
como si llegan inesperadamente,
sean recibidos con el amor disponible
que María y José te prodigaron.
Vivimos en un mundo tan programado
que cualquier sorpresa
nos parece una catástrofe.

Que sepamos decir sí
a las llamadas imprevistas
con que Dios irrumpe en nuestras vidas,
confiando en que sus planes
siempre van más allá de los nuestros.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
María, ayúdanos a seguir tu ejemplo

Señor, te damos gracias por habernos dado a tu Madre.
Su ejemplo nos empuja a seguirte,
a obedecerte, a confiar en Ti.

A menudo somos arrogantes
y queremos hacer nuestra voluntad,
seguir nuestros deseos de autoglorificación
sin darnos cuenta de nuestras limitaciones,
sin ser conscientes de nuestra precariedad.

Este espejismo nos hace olvidar que te necesitamos,
que sin Ti no somos nada.
Nos angustia contemplar nuestra desnudez,
porque tememos caer en la desesperación,
tememos no gustarnos,
tememos no ser quienes quisiéramos ser.

En cambio, la llena de gracia
confía en tu grandeza
aun sabiéndose pequeña.

Que seamos, como ella,
conscientes de nuestras carencias,
pero convencidos de que
para Ti nada es imposible.
Haznos dignos de esta llamada.

María, Madre de Dios y madre nuestra,
gracias por ser dócil a la voluntad de Dios,
por escuchar su llamada
y acoger la misión encomendada.
Ayúdanos a seguir tu ejemplo.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret