Como los centinelas, pregonemos alegres
el final de la noche.
Ha llegado el amanecer
y la luz se impone a las tinieblas.
Tenemos motivos para la esperanza.
Celebremos llenos de alegría
esta buena nueva,
Dios está con nosotros,
ha tomado partido por nosotros,
Nos quiere consolar, redimir, salvar.
No nos ha dejado solos
en nuestras tribulaciones.
Ha asumido la condición humana
para entrar en comunión con cada uno de nosotros,
Para vivir lo que nosotros vivimos,
para compartir nuestros sufrimientos,
para acompañarnos en nuestros sueños.
Ha plantado entre nosotros su tienda,
se ha hecho cercano,
tan cercano como un bebé indefenso.
Señor, ábrenos los ojos
para que no nos despistemos
y podamos reconocer tu Presencia.
Queremos acogerte porque nos va la vida,
porque es lo único que podemos hacer
ante un acto tan enorme de generosidad.
Eres la Palabra que nos revela el amor del Padre.
Eres la vida verdadera que nunca se agota.
Eres la luz que brilla
en medio de las tinieblas.