Apóstol Santiago,
gracias a personas que, como tú,
fueron testigos de Jesucristo
la fe llegó y echó raíces en nuestra tierra.
Ayúdanos a vivir con entusiasmo
la adhesión a Jesucristo, para que hoy
seamos sus testigos entre los nuestros
y los comunicadores de la fe
a aquellos que aún no la han descubierto.
En Santiago de Compostela
millares de personas abrazan tu imagen:
que sea signo de nuestra disposición
a ser seguidores de Jesucristo
hasta la entrega y la generosidad total,
fijando en él nuestra mirada y nuestro corazón,
como tú y tus compañeros apóstoles
fuisteis capaces de hacer.
Ayuda a cultivar entre los pueblos de España
la verdadera fraternidad, el respeto mutuo
y la capacidad de buscar el bien de los demás.
Ruega por nosotros para que podamos superar
la crisis de humanidad y desconfianza
en que nos hallamos sumergidos.
Que, como tú y tus compañeros,
sepamos abrir nuestros corazones
a la palabra y a la propuesta de vida de Jesús.