Domingo XV del tiempo ordinario

Ciclo y fecha
Cicle: 
A
Temps: 
Tiempo ordinario
Data : 
Domingo, 16 Julio 2023
Dejarnos empapar por tu Espíritu de amor

Te damos gracias, Padre,
porque nos das tu palabra
sembrada abundantemente
en nuestros corazones y en nuestro mundo;
gracias porque nos das a conocer tu Reino
y porque tu palabra no es vacía,
sino hecha vida en tu Hijo Jesús.

Nuestra comunidad te pide que fructifiquen
todas las buenas semillas
sembradas en nosotros,
concédenos oídos para oír y corazón para acoger
todo lo que nos comunicas para nuestro bien,
sin jamás volvernos insensibles a ello.

En un mundo lleno de palabras y ruidos,
ayúdanos a saber distinguir aquella palabra
que puede hacernos mejores,
que puede construir fraternidad y paz;
aquella palabra que sale de tus labios
y desea transformarnos.

No nos dejes caer en la rutina,
ni en pensar que no hablas para nosotros,
o en el orgullo de decir «esto ya me lo sé»;
que seamos sinceros
para reconocer que en nuestro corazón
hay espacios con piedras,
tierra llena de zarzas
o tan dura que tu amor
no puede fructificar en ella.

Que, a partir de la poca o mucha tierra buena
que hay en nosotros,
tengamos el deseo
de dejarnos empapar por tu Espíritu de amor,
como la lluvia y la nieve empapan la tierra,
y acoger y colaborar generosamente
en la construcción de tu Reino
acompañados y guiados por Jesús.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Escuchar la palabra del Reino

Estamos pendientes de tus labios.
Las enseñanzas de tu boca, Jesús,
riegan nuestros corazones como la lluvia
más esperada.

Queremos trabajar nuestro interior
para que sea terreno preparado
para recibir la semilla de la palabra,
un campo que fructifique para Dios;
queremos –preparándolo de manera adecuada-
quitarle la dureza y las piedras,
el espino y las malas hierbas,
los caminos descarriados…
a merced de cualquier peligro.

Siembra, siembra, Sembrador,
Que nos llegue generosa y abundante
la palabra del Reino.
Que la capten nuestros oídos
y nuestras entrañas la hagan fructificar,
pese a las dificultades y preocupaciones,
acogiéndola y comprendiendo su gran riqueza.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Dejarnos empapar por tu Espíritu de amor

Te damos gracias, Padre, porque nos das
tu palabra sembrada abundantemente
en nuestros corazones y en nuestro mundo;
gracias porque nos das a conocer tu Reino
y porque tu palabra no es vacía,
sino hecha vida en tu Hijo Jesús.

Nuestra comunidad te pide que fructifiquen
todas las buenas semillas sembradas en nosotros,
concédenos oídos para oír y corazón para acoger
todo lo que nos comunicas para nuestro bien,
sin jamás volvernos insensibles a ello.

En un mundo lleno de palabras y ruidos,
ayúdanos a saber distinguir aquella palabra
que puede hacernos mejores, que puede construir
fraternidad y paz; aquella palabra que
sale de tus labios y desea transformarnos.

No nos dejes caer en la rutina, ni en
pensar que no hablas para nosotros, o
en el orgullo de decir “esto ya me lo sé”;
que seamos sinceros para reconocer que
en nuestro corazón hay espacios con piedras,
tierra llena de zarzas o tan dura que
tu amor no puede fructificar en ella.

Que, a partir de la poca o mucha tierra buena
que hay en nosotros, tengamos el deseo
de dejarnos empapar por tu Espíritu de amor,
como la lluvia y la nieve empapan la tierra,
y acoger y colaborar generosamente
en la construcción de tu Reino
acompañados y guiados por Jesús.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Tu palabra es viva y eficaz

Señor, hazme constante y fiel
en la escucha de tu palabra,
para que no vuelva a ti sin haberme fecundado.

Enséñame a escucharte con el corazón abierto,
a orar desde tu palabra.
Que no busque recetas precocinadas
ni soluciones mágicas,
que no me deje seducir por el
fundamentalismo
de los que piensan que sólo ellos la entienden
ni por el ocultismo de los que buscan en ella
misterios escondidos.

Tu palabra es viva y eficaz,
y me sonará nueva y concreta
cada vez que confronte con ella mi vida.
Es tan profunda que nunca agotaré
sus enseñanzas,
pero tan sencilla como el lenguaje
que los padres usan con sus hijos.

Señor, quiero ser tierra buena
y dar frutos de vida eterna.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Tu Palabra es semilla de vida que fecunda nuestro corazón

Gracias, Señor, por tu Palabra,
porque es una semilla de vida
que fecunda nuestro corazón.
Su finalidad es dar fruto abundante.

Enséñanos a preparar la tierra de nuestro interior
para acogerla como es debido.
No queremos que las distracciones
nos impidan estar atentos.
Ni que nos falte profundidad
para que la Palabra arraigue en nuestro interior.
Ni que las preocupaciones,
las riquezas y todo cuanto nos seduce
lleguen a ahogarla.

Tú eres el verdadero sembrador,
y la palabra que sale de tus labios
no volverá infecunda.

Te pedimos que tu amor
empape nuestra aridez,
que tu misericordia
suavice nuestros corazones endurecidos,
que tu sabiduría
transforme nuestra ignorancia
en fertilidad.

Esperamos con paciencia
el momento de la cosecha,
la manifestación de tu gloria,
cuando seamos plenamente hijos tuyos,
cuando seamos redimidos
y demos el fruto que corresponde.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret