Gracias, Señor, por compartir con nosotros tu sabiduría.
Queremos seguir tus caminos,
observar tus preceptos,
guardar tus mandamientos,
cumplir tus órdenes.
Pero no lo queremos hacer por servilismo,
ni para vanagloriarnos.
Lo queremos movidos por el amor,
convencidos de que nos amas
y quieres lo mejor para nosotros;
confiados en que nos muestras
el camino de la auténtica felicidad.
Pero también queremos obedecerte,
porque te queremos.
Queremos lo que Tú quieres,
deseamos lo que Tú deseas.
Gracias por habernos mostrado tu sabiduría,
que no es como la que nos enseña nuestra sociedad.
Es una sabiduría escondida,
que ningún ojo vio jamás
ni ningún corazón ha soñado,
pero que Tú tienes preparada
para los que te aman.
Y tu Espíritu nos la ha revelado por amor.
Danos una fe suficientemente madura
para entenderla y para valorarla.
Ábrenos los ojos para disfrutar de la belleza de tu Palabra.