Domingo V del tiempo ordinario

Ciclo y fecha
Cicle: 
A
Temps: 
Tiempo ordinario
Data : 
Domingo, 5 Febrero 2023
Somos sal, somos luz

¡Señor Jesús! Qué manera más excelente
de mostrarnos lo que somos como cristianos,
como discípulos tuyos:
somos sal, somos luz.
Dos realidades que solo tienen sentido
en función de los demás, del mundo:
dar sabor, iluminar.
Y si podemos hacerlo es gracias a ti, a tu amor,
a tu perdón, a tu alegría, a tu esperanza.
Pero en la medida en que permanezcamos
unidos a ti,
nos empapamos de esas cosas buenas
y no podemos dejar de irradiarlas
dando sabor, aportando luz.

Si dejamos de ser sal, significa
que hemos roto nuestra unión contigo,
como el sarmiento se separa de la cepa,
y no servimos para nada.

Si dejamos de ser luz,
significa que nos hemos apartado
del brillo de tu mirada
y nos hemos vuelto opacos, tenebrosos.
Y de hecho, Señor, debemos pedirte perdón
por las veces que por miedo
o por una falsa humildad
hemos escondido lo que somos
y debemos ser al servicio de la humanidad,
por las veces que nos mostramos
ante los demás como personas anodinas,
insulsas, mediocres,
que no tienen nada que aportar.

Haznos sentir la alegría de exudar la luz
y la sal de tu presencia, de tu mensaje.
Que la gente, al ver nuestras buenas obras,
alaben al Padre del cielo.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Señor, que nuestra vida sea testimonio

Señor, la finalidad de la sal
es dar sabor a los alimentos.
Hay que usarla con precisión.
Tú nos pides que seamos sal de la tierra.
Quieres que nuestro compromiso cristiano
sea efectivo y acompañado
de prudencia y cordialidad.

Que nuestra vida acomodada y mediocre
no sea motivo de escándalo
para los que nos rodean.
Señor, que los enemigos del cristianismo
no seamos los cristianos.

Señor, que nuestra vida sea testimonio.
Que los cristianos nos mantengamos unidos
y busquemos en nuestra convivencia
lo que nos une
y seamos capaces de olvidar lo que nos separa.

Señor, que no seamos distantes
pero que nuestra vida sea distinta.
Que nuestra vivencia cristiana
vaya más allá de la Eucaristía del Domingo.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Hacer un mundo más humano

Señor,
cuando me dices que tengo que ser
«sal de la tierra y luz del mundo»,
me estás invitando a colaborar
en la construcción de un mundo más humano.

«Ser sal» que dé sabor de humanititat
a todas las realidades de la vida cotidiana.
«Ser luz» que ilumine el camino y la vida
y eche fuera las tinieblas de la duda,
de la confusión, de la ignorancia.

Cuando miro la historia de la humanidad,
me doy cuenta que las personas
que han sido luz
y han marcado caminos de vida y de paz,
son personas muy humanas
y muy implicadas en la refñexión y en la acción,
pero, también, muy abiertas al Espíritu.

Tú has sido «la Luz» para el mundo
y, siguiendo tus huellas y propuestas,
ahora tus discípulos somos hoy
los constructores de un mundo más humano,
que sea de acuerdo con el Proyecto del Padre.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Queremos vivir guiados por tu luz

Señor Jesús, cuando escucho tu palabra
que nos dice que debemos ser sal y luz,
lo primero que pienso es que exageras
o que nos das una responsabilidad
que yo jamás cumpliré totalmente.

Reflexionando más, me doy cuenta
de que, con estas palabras, muestras
con qué dignidad me tratas,
porque me invitas a ser y actuar como tú,
nos consideras a todos como hermanos
y compartes con nosotros la misión
que recibiste de tu Padre y nuestro Padre.

Estas palabras me invitan también
a agradecer por las personas que,
a lo largo de los siglos, han sido y son aún
sal, luz y punto de referencia
para cuantos buscamos el sentido de la vida.

Tú, Señor Jesús, y tu madre María
presidís esta lista familiar.

Por eso hoy te pido
que no tengamos miedo de manifestar
la alegría de ser tus seguidores
y de querer vivir guiados por tu luz.

Ayudando a las personas a encontrarte a ti
y a descubrir la belleza de tener un Padre.

Haznos ver nuestros errores
cada vez que nos separamos de tu camino
y no somos totalmente fieles a tu Evangelio.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Señor Jesús, me envías a ser luz y sal

Algunos quieren ser estrellas de Hollywood
o del deporte espectáculo
y dejar a todo el mundo deslumbrado.
Brillan un momento
y se apagan para siempre.

Es mejor ser una luz que ilumina la estancia,
un faro para los marinos,
un campanario para los viajeros.
No deslumbran, sino que orientan
y regalan a los demás su luz
para que puedan seguir su camino.

Tú, Señor Jesús, me envías a ser luz y sal
como un servicio para el bien de la humanidad.

Líbrame de la vanidad, del orgullo
de creerme mejor que los demás:
es tu evangelio lo que he de mostrar
i no mis presuntas cualidades.

Líbrame también de la pereza,
de la vergüenza i de la timidez:
no tengo derecho a quedarme para mí
lo que tú quieres que sea para todos.

Y líbrame de los prejuicios
y del puritanismo: que como la sal,
esté siempre dispuesto a tratar con todos
para que a todos pueda llegar tu mensaje.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Señor, Tú eres la verdadera luz que nos guía

Gracias, Señor, por llamarnos a ser la luz del mundo,
por confiar en nosotros.

Tú sabes que somos débiles,
que nos dejamos llevar por nuestro egoísmo
y que no somos unos buenos testigos de tu amor.
Pero Tú nos das la fuerza de tu Espíritu,
y quieres convertirnos en modelos de comportamiento.

Tú eres la verdadera luz que nos guía,
la queremos reflejar a través de nuestras vidas.
Queremos irradiar tu resplandor,
tu gloria.

Entonces podemos alimentar el hambriento,
vestir al desnudo,
acoger el forastero,
cuidar del enfermo,
ayudar al pobre.
Porque eres tú quien lo hace a través de nuestras vidas.

Por nosotros mismos solo irradiamos
la oscuridad de nuestros intereses mezquinos.
Pero contigo nos convertimos en sal, luz, levadura,
somos portadores de esperanza,
de alegría y de felicidad.

Somos resplandor de tu gloria
y la gente, al verlo cree;
no por nuestros argumentos elocuentes,
sino por tu presencia entre nosotros.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret