Domingo de Pascua de Resurrección

Ciclo y fecha
Cicle: 
A
Temps: 
Pascua
Data : 
Domingo, 9 Abril 2023
Nosotros y todo el universo hemos resucitado contigo

Jesús, Señor de la Vida, hoy nos anuncias
la mayor de todas las noticies:
tú has resucitado, y nosotros y todo el universo
hemos resucitado contigo.

Parece que nos cuesta más creer
las buenas noticias que las malas.
Por eso te pedimos que nos llenes el corazón
con la misma alegría contagiosa
con que llenaste a aquellas mujeres
que, de noche aún, iban al sepulcro.

Haznos correr hacia ti, Señor Jesús,
con el mismo anhelo con que corrían
Pedro y el discípulo amado.

Ábrenos la mirada interior del corazón
para creer y anunciar con la vida
que estás vivo y ofreces vida y esperanza
a todos tus hermanos,
los hombres y mujeres de hoy y de siempre.

Que tu presencia aleje de nosotros
los miedos, pesimismos y desengaños.

Que el fuego nuevo y el cirio pascual
que hemos encendido esta noche
sean signo de tu luz que jamás se apaga,
y de la fe que toda la comunidad ha renovado.
Haz de tu Iglesia una comunidad
de testigos de renovada ilusión
y de esperanza en el mundo nuevo
que tu resurrección ha inaugurado.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Cristo ha resucitado, ¡aleluya!

Tu Resurrección, Señor,
es la confirmación de la grandeza del amo.
La muerte no es el final,
es el principio de una relación
mucho más profunda y sincera.

Lo esencial es invisible a los ojos.
Sólo se vive con el corazón.
Puedo verte resucitado
cuando dejo de lado las vendas de las apariencias
y descubro el corazón de la otra persona.

Tu Resurrección sólo es posible
cuando te dejamos ser el Maestro
y el Señor de nuestra vida
y no te ponemos cortapisas
ni te obligamos a ajustarte
a nuestras ideas y espectativas.

Tu Resurrección, Señor, nos recuerda
que ni nuestras imperfecciones,
ni nuestros egoísmos,
ni nada de cuanto ocultamos a los demás,
tiene más fuerza que el amor que Tú nos tienes.

Feliz Pascua de Resurrección.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Hoy celebramos el compromiso de Dios a favor de la vida

¡Aleluya! Nos hace falta esta palabra
diferente, única, intraducible,
para expresar el gozo único que hoy celebramos,
esparcidos por todo el mundo
pero unidos en un solo clamor.

Celebramos que se ha cumplido
el mayor anhelo de la humanidad,
que ningún obstáculo ni pecado
ha podido impedir
el compromiso de Dios a favor de la vida,
que ya nada puede cerrar las puertas del Reino.

Celebramos que podemos mirar de cara
a la guerra, la mentira, la injusticia, el odio,
la enfermedad e incluso la muerte,
que hasta ahora parecía invencible.

Celebramos que ya no nos da miedo la noche
porque en ella brilla una luz
más clara que el día.
Hemos dejado atrás el miedo,
y por lo tanto somos libres,
esperando que se cumpla nuestra esperanza,
la manifestación de Jesús, nuestro Salvador.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Debemos dejar que tú nos encuentres

Señor de la vida,
¡quién sabe si a veces
te buscamos entre los muertos,
cuando tú eres el Viviente!

Ayúdanos a aprender que,
más que buscarte,
debemos dejar que tú nos encuentres.
Debemos abrirnos a tu presencia
que nos llena de luz,
nos sacia de Vida
y nos ayuda a recorrer
el camino de la fe.

Ayúdanos a saber amar
a aquellos que fueron
tus preferidos:
los pobres y marginados.
Ayúdanos a saber vivir
con tus mismas actitudes
de desprendimiento y generosidad,
de entrega sin medida
al servicio de todos.

Así, recorriendo tu mismo camino
podremos descubrirte vivo
en cada uno de los seres humanos
a quien tú tanto amas,
y te reconoceremos
compañero de nuestras vidas.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
En Jesús todos somos salvados y renacemos a una Vida nueva

Señor, tu resurrección
nos llena de alegría y de esperanza.
Tú has vencido las tinieblas
y nos has rescatado de la muerte.

Gracias, Padre, por ser fiel a la Palabra dada,
por no abandonar a tu Hijo
a la corrupción del sepulcro.
En Él todos somos salvados
y renacemos a una Vida nueva.

No importa cómo puede ser esto posible.
Como María, nos arrodillamos ante un misterio
que supera nuestras expectativas.
El testimonio de las mujeres y de los discípulos
basta para darnos cuenta
de que algo extraordinario sucedió.

Pedimos que tu Espíritu Santo
nos muestre el rostro del resucitado,
que se haga presente entre nosotros
en la Palabra, en la Eucaristía,
en los sacramentos, en los pobres y en los hermanos.

Que la luz de Cristo ilumine nuestras vidas
y toda tiniebla se desvanezca de nuestro corazón.
Que el agua del bautizo lave nuestro pecado
y nos haga vivir como auténticos hijos de Dios.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret