Ascensión del Señor

Ciclo y fecha
Cicle: 
A
Temps: 
Pascua
Data : 
Domingo, 21 Mayo 2023
Somos continuadores de tu misión

Señor Jesús, queremos agradecerte porque
al volver al Padre nos diste la certeza de que
estarás siempre con nosotros, todos los días.

Que tu presencia en el mundo
nos haga mirar a cada persona como hermano
y nos mueva a querer estar contigo
y con quienes nos rodean en actitud fraterna.

Imitando al apóstol Pablo queremos pedir
al Padre –a tu Padre y nuestro Padre–
que seamos capaces de reconocer
que el Espíritu Santo vive y actúa en nosotros
y en todas las personas que hacen el bien;
que hagamos espacio en nuestra vida
para que el Espíritu vaya transformándonos.

Que seamos conscientes de nuestra esperanza
y aprendamos cómo hay que caminar hacia ella,
sabiéndonos continuadores de tu misión
y siguiendo siempre tu estilo de vida
en el amor a los pobres y marginados,
en la vida de oración y de intimidad
con el Padre, fuente de amor y de vida,
entendiendo la propia existencia
desde la disposición a servir a los hermanos.

Señor Jesús, que nosotros que somos
miembros de tu Cuerpo y de tu familia
no pretendamos andar por caminos distintos
de los que seguiste tú, que eres nuestra Cabeza.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Somos tu presencia en el mundo

Señor, tu ascensión nos recuerda
que las limitaciones humanas
y las injusticias que nos tocan vivir
no tienen la última palabra.
Danos la sabiduría necesaria
para vencer los venenos mortales
de nuestra sociedad
con una vida inspirada en tu evangelio.

Con tu ascensión al cielo,
nos has constituido pastores, profetas,
maestros, cuidadores, madres y padres.
somos tu presencia en el mundo.
Señor, mantén viva nuestra ilusión
y no nos permitas caer en la tentación
del desánimo.

Señor, a veces olvidamos
que no somos fruto del azar,
somos hijos muy amados del Padre.
Que a lo largo de la semana
sepamos transmitir a cada persona,
y sobre todo a nuestra familia, esta seguridad.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Nos confías la misión de ser tus testigos

Señor Resucitado y Glorificado,
hoy hemos escuchado las últimas palabras
que dirigiste a tus discípulos:
nos confías la misión de ser tus testigos
en nuestra vida y actividades diarias,
llenos de tu Espíritu Santo
que nos da fuerza.

Ayúdanos a ser fieles
a cuanto nos has confiado.
Que superemos el miedo del compromiso
o la resistencia a entregarnos totalmente
aunque, como tú,
encontremos sufrimiento o incomprensiones.

Vivimos esperando tu regreso
y pedimos que sea pronto.
Ayúdanos a vivir esta espera
de modo activo y responsable.

Jamás resignados ante el mal
que existe en el mundo o en nosotros,
sino sembradores del bien
y capaces de reconocer y aceptar
cuanto el Espíritu ha sembrado
en el corazón de las personas y pueblos.

Jamás queriendo huir del mundo,
sino amándolo como tú lo amas
y colaborando contigo
en la construcción del Reino.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que sepamos proclamar tu evangelio de manera creativa y esperanzadora

Señor, hoy nos invitas
a dejar de mirar el cielo y a trabajar
para que la tierra sea cada vez
más parecida a lo que esperamos encontrar
al final de nuestros días.
No sabemos cómo es el cielo
pero si trabajamos en bien de los hermanos
estaremos muy cerca.

Señor, nos has llamado amigos,
nos has asegurado que el Padre nos ama.
Al verte subir a los cielos
nos llenas de esperanza porque sabemos
que ni la muerte ni la realidad presente
tienen la última palabra.

Señor, ascender al cielo
es una llamada a crecer en plenitud,
a huir de la vulgaridad y de lo frívolo
para llenarnos de ideales.

Sabemos que tú tiras de nosotros
para que estos deseos
se conviertan en realidad.

Señor, sabemos que sigues con nosotros.
Mira con bondad a aquellos
a los que la crisis y la falta de trabajo
ha hecho perder la esperanza.
Que sepamos proclamar tu evangelio
de manera creativa y esperanzadora.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Si no te ven en nosotros, no te verán

Señor, tu ascensión al cielo
nos hace volver a la realidad.
Todo el tiempo de Pascua ha sido como vivir
en la ilusión de verte en cada encuentro.
Ahora te vas y nos dejas claro
que tu presencia en el mundo
es responsabilidad nuestra.
Si no te ven en nosotros, no te verán.

Hoy nos recuerdas, Señor,
los carismas o aptitudes que nos has dado.
Nos dejas claro que únicamente
podremos ser felices
si los ponemos al servicio de los demás.

Señor, no abandonaste el cielo
mientras vivías en la tierra.
Tampoco nos has dejado
aunque físicamente no estés.
Es el milagro del amor.
El tiempo y el espacio
no pueden borrar el afecto y el interés
por cuantos nos han amado y nos aman.

No marchaste solo al cielo,
nos llevabas a todos en tu corazón.
En los momentos de paz,
gustamos la plenitud de la gloria
y por eso podemos hacerlo realidad
entre nosostros. Gracias, Señor.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Gracias a tu Ascensión te has presentado a todos los pueblos

Señor Jesús, debemos reconocer
que nos cuesta entenderte.
Tus planes superan ampliamente
nuestros pensamientos.

Quisiéramos conocer los tiempos y las fechas
para prever tus actuaciones.
Quisiéramos conocer los detalles de tus proyectos,
pero no es cosa nuestra saberlo,
y en vez de disfrutar de lo que nos das,
nos dejamos llevar por aspiraciones de grandezas
que no nos corresponden.

Quisiéramos que te hubieras quedado en medio de nosotros,
pero entonces solo unos cuantos privilegiados
habrían tenido la oportunidad
de verte, escucharte y conocerte.

En cambio, gracias a tu Ascensión
te has presentado a todos los pueblos,
a todos los tiempos de la historia,
a cada uno de los seres humanos que has creado.

Todos estamos invitados a convertirnos
y a ser bautizados.
La humanidad entera está llamada
a escuchar tus enseñanzas.

Gracias por confiar en nosotros
y decidir permanecer para siempre
a nuestro lado.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret