Domingo XIV del tiempo ordinario

Ciclo y fecha
Cicle: 
C
Temps: 
Tiempo ordinario
Data : 
Domingo, 3 Julio 2022
Que no nos hagamos los sordos a tu llamada

Necesitamos fomentar
una verdadera educación para el amor,
sabernos respetar, acoger.

Gracias por confiar en nosotros,
por querer inaugurar un camino nuevo.
Gracias, sobre todo,
por tu confianza y fidelidad infinitas.
Gracias porque eres para nosotros
fuerza en la debilidad
por encima del odio, de las injusticias.

Que seamos labradores de paz,
allá donde estamos, allá donde vamos,
promotores de palabras de paz
con humildad, con la oración,
desde la sencillez,
con gestos de cariño.

Que respondamos a ese anhelo tuyo
de seguirte,
que no nos hagamos los sordos a tu llamada,
que regalemos la alegría y el consuelo
de saber que nos amas.

Gracias por estar cerca.
Que el signo de nuestro paso
por la vida de los demás
sea el de tu paz.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Nos envías a ser testigos del Reino de Dios

Señor Jesús, queremos pedirte
que seamos capaces de percibir
el amor y la ternura que el Padre
tiene para con nosotros.
Y que seamos igualmente conscientes
de que tú nos envías a ser
testigos del Reino de Dios
y anunciadores de tu paz.

Que sepamos vivir la fe y actuar
en comunión entre nosotros y contigo
y que no tengamos miedo
de ser como corderos en medio de lobos.

Que estemos más preocupados
por nuestra autenticidad
que por pretender medir el éxito.

Señor, este tiempo de verano
será, para muchos, período de vacaciones.
Que las familias lo aprovechen
para una mayor convivencia y diálogo,
con espacios para cultivar el espíritu.
Otros muchos no podrán hacer vacaciones
ni ahora ni nunca.

Por eso te pedimos que despiertes
en el corazón de todas las personas
el deseo de trabajar y comprometerse
en la construcción de una sociedad
donde todos puedan vivir con dignidad:
será una de las mejores señales
de que el Reino que predicaste
y por el que diste la vida
está cerca de nosotros.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que nuestra vida sea coherente con lo que creemos

Señor, danos la valentía de san Pablo
para hacerte presente en el mundo.
Que sepamos dar razón de nuestra fe
en la vida diaria.

Que nuestras palabras
vayan acompañadas de hechos.
Que nuestra vida sea coherente con lo que creemos
y que los demás vean en nosotros
personas ilusionadas por la vida
y por llevar a todos
el mensaje del amor del Evangelio.

Haznos constantes, Señor,
en nuestras decisiones,
agradecidos con cuantos nos tienden una mano
y lo suficientemente sinceros
para saber cuando debemos retirarnos.

Señor, que no nos creamos los mejores.
Que sepamos valorar lo bueno
de cada persona y de cada creencia
sin perder de vista
la novedad y la riqueza de nuestra fe.

Acompaña, Señor,
a cuantos inician sus vacaciones
y sé suave brisa para los que no pueden tener
unos días de descanso ya sea por su trabajo
o por situaciones personales o económicas.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Rogad al dueño de la mies...

Señor, nos dices que roguemos
al dueño de la mies
que mande obreros a su mies.

Ábrenos los ojos de una vez,
para que seamos más coherentes
con nuestra condición de bautizados.
Nos llamas a ser tus mensajeros
y lo que hacemos muchas veces
es al rogar al dueño de la mies
es que envíe a «otros” mensajeros»:
Y nosotros nos desentendemos
de nuestra vocación misionera.

Nos has llamado, Señor de la mies,
a ser tus hijos e hijas.
Nos has llamado y enviado
a ser obreros de tu mies.

No te pedimos que envíes a otros,
sino que sean más los enviados.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
El Reino de Dios está cerca

El Reino de Dios está cerca.
Lo pregonan tantas voces que por todo el mundo
claman por la paz, la justicia, la dignidad,
la democracia y el respeto para todos.
Lo demuestran las oleadas de compasión
y de solidaridad que a menudo invaden
nuestra sociedad cuando nos concienciamos
del sufrimiento que hay en el mundo.

El Reino de Dios está cerca
porque, aunque el mundo va tan mal
(familias rotas, pobreza y marginación,
guerras, desastres ecológicos…),
cada corazón humano guarda la nostalgia,
el deseo, la necesidad de paz y de bien
para los cuales ha sido creado.

Anunciar tu Reino hoy parece difícil.
¿Cómo hacer oír tu mensaje
en un mundo tan lleno de ruidos?
Pero no lo tuvieron más fácil
aquellos discípulos que enviaste por los caminos
sin bolsa ni zurrón, como ovejas entre lobos.
Nada temo cuando me dices que me alegre
porque mi nombre está escrito en el cielo. 

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Queremos anunciar tu salvación

Señor, Tú nos has salvado en la cruz.
De tu costado traspasado
brota el torrente de agua que nos da la vida,
el consuelo que nos hace sentir una paz inalterable.

Todo lo que tenemos proviene de tu Amor,
por eso te aclamamos y cantamos tu Gloria.

Pero ahora nos toca crecer,
dejar de ser niños en tu regazo,
bajar de tus brazos
y empezar a caminar.

Estamos preparados para cumplir tu misión,
dispuestos a trabajar por tu Reino.

Queremos anunciar tu salvación,
dar testimonio de lo que has hecho en nuestras vidas.

No tenemos miedo de los lobos que nos puedan rodear
porque Tú has vencido el mal.

Gracias por enviarnos acompañados,
por poner hermanos a nuestro lado
que nos animan para que no desfallezcamos.

Presérvanos del orgullo
para que no nos atribuyamos
el mérito de tus acciones.

Enséñanos a contemplar tu grandeza
en el espejo de nuestra pobreza.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret