Domingo XIII del tiempo ordinario

Ciclo y fecha
Cicle: 
C
Temps: 
Tiempo ordinario
Data : 
Domingo, 26 Junio 2022
Necesitamos no retrasar lo que esperas de nosotros

Señor, necesitamos vivir
con la actitud del peregrino,
que reconoce como sagrado
el paraje que por gracia tuya nos es regalado.

Actitud de quien sabe dónde están sus raíces,
pero no se queda instalado,
sino que sigue la ruta.

Gracias, Señor, porque nunca impones,
sino que nos invitas a caminar.
Nos recuerdas que es necesario
un equipaje ligero,
libre de cosas innecesarias
que bloquean los sentidos e impiden al corazón
vivir de manera austera y libre
para poder, así, responder diligentes
al servicio de los demás.

Necesitamos no poner excusas,
ni justificaciones
para retrasar lo que esperas de nosotros.

Que no nos quedemos anclados
en las nostalgias del pasado,
ni soñando caminos que no son tuyos.

Gracias, Señor,
porque en cada eucaristía compartida
nos alimentas con la ilusión
y la esperanza necesarias
para dar un nuevo paso.
Sabemos que el camino no es siempre fácil,
pero te sabemos a nuestro lado.

Gracias, Señor, porque nos regalas tu fuerza,
que es impulso para seguir caminando
con gozo a tu encuentro.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Nos invitas a seguirte

Señor Jesús, el salmo de hoy
habla del sendero que conduce a la vida.
¿Cuál es este sendero o camino?
¿Cómo podemos encontrarlo?
¿Cómo aprendemos a caminar por él?

El camino eres tú, Señor Jesús,
y se aprende viviendo como tú,
pasando por la vida haciendo el bien,
bendiciendo a los que no nos aceptan,
dejándose guiar por el Espíritu,
sintiendo el gozo de ser amado
por el Padre del cielo.

Te damos gracias, Señor Jesús,
porque, con toda tu vida,
nos enseñas el único camino
que puede conducir a todos a la vida plena.

Te damos gracias
porque nos invitas a seguirte
y porque cada vez
que caemos o que tropezamos
nos ayudas a levantarnos
y renuevas nuestra fuerzas.

Haz que no olvidemos
que también debemos ayudar
a otras personas a descubrir
que tú eres el Camino de la Vida.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Danos fuerza, Señor, para seguirte

Señor, en Samaría no quisieron recibirte
porque te dirigías a Jerusalén.
Que sepamos ver en las personas su corazón
y lo bueno que nos aportan
en lugar de dejarnos llevar por las apariencias.

Señor, estos días muchas personas
no tienen donde reclinar la cabeza.
No están en esta situación por decisión propia.
Que sepamos ayudarles
como lo haríamos con Jesús.

Señor, seguirte es vivir en la intemperie
en muchos momentos.
Perdemos la seguridad
de nuestras relaciones sociales
y los que más nos aprecian nos aconsejan
disimular nuestras convicciones cristianas.
Danos fuerza, Señor, para seguirte.

Señor, quieres que atendamos con esmero
a nuestra familia.
Que el servicio y la dedicación a los nuestros
no se convierta en pretexto para no implicarnos
y no tender una mano a los que nos necesitan. 

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
La subida a Jerusalén

Señor, decides subir a Jerusalén.

No es una decisión fanática, la tuya,
ni pretendes desafiar una muerte segura.
Decides mantenerte fiel
a la misión que el Padre te confió,
aun sabiendo que los poderosos
querían quitarte de en medio.

Danos tu Espíritu, Señor,
para que avancemos con más decisión
por el camino de fidelidad al evangelio;
para que superemos los obstáculos
que nos puedan surgir por el camino.

Que por la presencia de tu Espíritu
el camino de quienes te seguimos
sea un camino decidido como el tuyo:
pero que también seamos respetuosos
con quienes no nos aceptan
o no piensan como nosotros.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Antes de conocerte, tú me has mirado, me has amado

«Te seguiré dondequiera que vayas».
«Voy contigo». Sí, a veces pienso
que soy yo quien lleva las riendas
y controlo el ritmo de tu paso:
«Ahora no me pidas esto,
espera a que resuelva este problema,
espera a que tenga más tiempo libre,
a que me asegure el trabajo y el futuro…»

Pero, antes de conocerte,
tú me has mirado, me has amado,
me has venido a buscar, y si hace falta me dices:
«Ven conmigo».

Sólo tú conoces el camino
y sabes lo que nos espera.
Sabes que, a mi ritmo,
con mis dudas y miedos,
no llegaríamos a ninguna parte.

Sabes que a veces fallaré,
pero me pides que no mire atrás,
que no busque excusas ni seguridades.

Por favor, ríñeme siempre que haga falta,
porque quiero seguirte pese a todo.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Nos empuja el deseo de estar cerca de Ti

Gracias, Señor, por haberte fijado en nosotros
y habernos llamado a caminar contigo.

Nos paralizan muchos miedos
que nos hacen desconfiar en tu bondad.
Quisiéramos ser valientes y lanzarnos
a la misión que nos has encomendado,
pero nos frenan nuestras inseguridades
y nuestros intereses egoístas.

Pero cuando experimentamos el amor que nos tienes,
cuando nos sentimos queridos por Ti
como nunca nadie nos ha amado,
sentimos la fuerza del Espíritu
y nos empuja el deseo de estar cerca de Ti.

Porque solo a tu lado
experimentamos aquella alegría tan profunda
que nadie nos podrá arrebatar.

Gracias por dejarnos participar de tu proyecto,
por permitirnos colaborar,
por compartir con nosotros tus anhelos.
Queremos seguirte allí donde vayas,
vivir lo que Tú vives.
A tu lado es muy diferente,
nos sentimos libres de verdad
y con la suficiente fuerza para ser quienes somos.

Gracias, por amarnos tanto.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret