Ascensión del Señor

Ciclo y fecha
Cicle: 
C
Temps: 
Pascua
Data : 
Domingo, 29 Mayo 2022
La Ascensión es una invitación a querer ser ciudadanos del cielo

Gracias, Señor, porque con la Ascensión,
la promesa del cielo es una invitación a querer,
ya desde la tierra, ser ciudadanos del cielo.

Gracias porque tu paso por nuestra vida
en este tiempo de Pascua, nos espolea a vivir
con el deseo de ir probando el cielo
en el hoy y aquí,
que es ya presencia
y camino de encuentro contigo.

Gracias, Señor, porque tu paso
por nuestra existencia deja de ser promesa
para ser lugar de encuentro,
de crecimiento hacia ti
hasta que nos abracemos en la eternidad.

Ahora es tiempo de oración, de Iglesia,
de glorificarte por la fe y el amor.
Tiempo de liberar al hombre
de lo que le resta dignidad
y devolverlo a su destino,
que es estar a tu lado para siempre.

Que no nos olvidemos de levantar los ojos
para mirar al cielo, Señor,
para saciar nuestra sed de ti en nuestras vidas,
y poder salir a los caminos de la vida
con tu nombre en el corazón
y un nuevo destino: el cielo.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
¡Ahora nos toca a nosotros!

Jesús, 
la misión que confías a los discípulos es clara:
Has venido a anunciar una Buena Nueva 
a todos los hombres y mujeres.
Todos han de poder conocer y vivir 
el amor incondicional de Dios.

Tú lo anunciaste 
en un lugar concreto y limitado.
Ahora, cuando vuelves a la casa del Padre, 
pides a quienes habías invitado a seguirte 
y a todos los que como ellos te seguirán, 
que lleven el anuncio de la Buena Nueva 
a todo el mundo para la salvación de todos.

Les prometes que estarás con ellos 
y les darás tu Espíritu.

Así, el anuncio de la Buena Nueva 
será, desde ahora, obra de Dios y de los hombres.
Danos la fuerza y el impulso 
de tu Espíritu Santo.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Queremos ser transmisores de tu amor

Señor, con tu Ascensión a los cielos
nos pasas el testigo de la evangelización.
Sabemos que estás con nosotros
de la misma manera que están a nuestro lado
las personas que nos amaron
y han dejado este mundo.
Abre nuestro entendimiento
para que te sintamos a nuestro lado.

Señor, el sacramento de la Eucaristía
es la prueba de tu presencia entre nosotros.
Que sepamos encontrarte
tanto en la Celebración Eucarística
como en los momentos
de oración ante el Sagrario.

Señor, sabemos que estás junto al Padre
y que intercedes por nosotros.
Danos fuerza para convertir nuestro mundo
en el Reino cuya llegada pedimos
cuando rezamos el Padrenuestro.

Señor, a lo largo de la semana que empieza
queremos ser transmisores de tu amor.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Dejar que el Espíritu vaya transformándonos

Señor Jesús, queremos agradecerte porque
al volver al Padre nos diste la certeza de que
estarás siempre con nosotros, todos los días.

Que tu presencia en el mundo
nos haga mirar a cada persona como hermano
y nos mueva a querer estar contigo
y con quienes nos rodean en actitud fraterna.

Imitando al apóstol Pablo queremos pedir
al Padre –a tu Padre y nuestro Padre– 
que seamos capaces de reconocer
que el Espíritu Santo vive y actúa en nosotros
y en todas las personas que hacen el bien;
que dejemos espacio en nuestra vida
para que el Espíritu vaya transformándonos.

Que seamos conscientes de nuestra esperanza
y aprendamos cómo hay que caminar hacia ella,
sabiéndonos continuadores de tu misión
y siguiendo siempre tu estilo de vida
en el amor a los pobres y marginados,
en la vida de oración y de intimidad
con el Padre, fuente de amor y de vida,
entendiendo la propia existencia
desde la disposición a servir a los hermanos.

Señor Jesús, que nosotros que somos
miembros de tu Cuerpo y de tu familia
no pretendamos andar por caminos distintos
de los que seguiste tú, que eres nuestra Cabeza.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
La glorificación del Hijo

Jesús resucitado,
hoy nos manifiestas tu plenitud
de poder y autoridad, de vida eterna;
Dios, tu Padre, te la ha otorgado 
en el cielo, en la tierra y bajo la tierra.

En el cielo: «Portones, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas,
va a entrar el Rey de la gloria.
Es el señor del universo.»

Y en la tierra: hecho Señor de todos los pueblos,
para que sean tus discípulos.
Aquí abajo, entre dudas y genuflexiones,
con alegría y con pena.

Con la tristeza de saber que te marchas,
y con el sufrimiento de ver cuántos padres cristianos
no se atreven a hacer de sus hijos tus discípulos,
bautizándolos en tu nombre.

Pero con la esperanza de llegar adonde tú estás,
guiados por tu amor y el de tu espíritu.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Prepara nuestros corazones para recibir el Espíritu

Gracias, Jesús, por todos los años
que conviviste con nosotros,
en el anonimato de Nazaret
o bien ante las multitudes.

Gracias por enseñarnos
a través de tu Palabra,
y también de tu ejemplo,
cómo debemos comportarnos
para ser verdaderamente humanos.
Te has convertido en modelo para creyentes y no creyentes.

Gracias por haber dado tu vida
por nosotros en la cruz.

Gracias por llenar de sentido
un sufrimiento que nos escandaliza.

Nos alegramos por tu victoria
sobre la muerte en la resurrección,
aunque no seamos capaces
de comprenderlo plenamente.

Nos desconcierta saber que estás vivo,
pero, al mismo tiempo, nos llena de alegría y de esperanza.

Y estamos alegres y entusiasmados
al saber que has vuelto con tu Padre,
pero sin abandonarnos.

Nos has prometido el Espíritu,
prepara nuestros corazones para recibirlo,
para que así podamos ser testigos de tu amor
en el mundo entero.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret