Domingo II de Adviento

Ciclo y fecha
Cicle: 
C
Temps: 
Adviento
Data : 
Domingo, 5 Diciembre 2021
Gracias por cada día que nos visitas

Señor, gracias por venir a nuestro encuentro.
Gracias por querer asumir la condición humana
por estar con nosotros,
a nuestro lado,
compartiendo las alegrías y las aflicciones de la existencia.

Gracias por haber elegido al pueblo de Israel
para preparar tu venida.

Gracias por los profetas
que nos alertaron para estar atentos,
que nos anunciaron los detalles de tu llegada
para poderlos identificar
y así poderte acoger.

Gracias por Juan el Bautista,
que esperó pacientemente al redentor,
que tuvo el coraje de reconocerlo
y la humildad de darle paso.

Gracias por cada día que nos visitas
a través de los sacramentos, de la Palabra,
de los hermanos, de los necesitados, de la oración.

Gracias por cambiarnos por dentro
para poder estar preparados
para relacionarnos contigo.

Queremos ser la Jerusalén que grita de alegría,
renunciamos al luto y a la tristeza,
a la queja y a la culpabilidad,
para acoger el gozo de la salvación.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que como el Bautista sepamos prepararte el camino, Señor

Señor, en estos tiempos que nos toca vivir
los problemas se acumulan,
muchos pierden la ilusión
y parece que todo sale mal.
Ayúdanos a ser profetas de alegría,
Buena Nueva y Esperanza
como lo fue el Bautista.

Líbranos, Señor, de la crítica destructiva
cuando los que nos gobiernan
no son de nuestro agrado o tendencia.
Que sepamos ver lo positivo de su gobierno
y no caer en catastrofismos absurdos.
Líbranos de la envidia, de la ambición
y del defecto de juzgar a los demás.

Que como el Bautista
sepamos prepararte el camino, Señor.
Que sepamos buscar soluciones
a la crisis de fe
y al desencanto de los creyentes.
Que abramos las puertas
de nuestras comunidades
y sepamos preparar a la gente
para que te encuentre en nuestras Celebraciones
y en nuestro estilo de vida.

Ayúdanos, Señor, a purificar nuestra mirada
para «ver de otra manera».
A poner en marcha el reloj de la Paciencia
para saber caminar a tu ritmo,
sin adelantarnos a tu Providencia.
A facilitar el camino a los demás,
con nuestra comprensión y benevolencia,
con nuestra crítica constructiva
y nuestro deseo de ayudar.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Allanar el camino al Señor

Nos pides que abramos una ruta al Señor
y que le allanemos el camino.

Nuestros caminos no son ninguna maravilla:
están llenos de barrancos de odio y violencia
sembrados de montañas de codicia y ambición.

Señor Jesús, Tú que eres el camino,
ven a nosotros y ayúdanos a abrirte paso.

Ayúdanos a llenar los barrancos de odio
con palabras eficaces de perdón
y con actitudes fecundas de paz.

Ayúdanos a rebajar las montañas
con gestos generosos de amor
y con lazos fraternos de solidaridad.

Háblanos al corazón de cada uno de nosotros
y haznos entender con qué herramientas
iremos allanando el camino de tu Reino
para que llegue a nosotros tu salvación.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Tu palabra mueve a la esperanza

Dios nuestro, tu palabra mueve a la esperanza
e invita a orar para pedirte
que renueves nuestra vida; por eso
tenemos que escuchar la voz de Juan que clama
pidiendo que abramos caminos al Señor.

Haz, Señor, que no pongamos obstáculos
entre tú y nosotros, que no caigamos
en la tentación de prescindir de ti
o de sustituirte por los ídolos del momento;
que nos pongamos sinceramente
ante ti y ante tu palabra
y sepamos reconocer
cómo debemos convertirnos.

“Todos verán la salvación de Dios”,
dice el profeta; y tu salvación se hace visible
cuando en las relaciones humanas
prevalecen el amor y el respeto;
cuando construimos una sociedad fraterna,
sin divisiones entre ricos y pobres;
cuando la violencia entre pueblos
deja paso a la cooperación;
cuando la naturaleza es amada y respetada
como creación tuya; cuando dejamos
que tu Espíritu habite en nosotros
y nos dirigimos a ti diciéndote de corazón: “¡Padre!”

No estamos aún donde tú quieres llevarnos;
haz que nunca dejemos de caminar,
con coraje y esperanza, ni de anhelar la meta
desde el fondo de nosotros mismos.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Lo importante es has venido entre nosotros

Sucedió en tiempos de Tiberio, Poncio Pilatos,
Herodes, Felipe y Lisanias, Anás y Caifás,
personajes oscuros que no han marcado época
ni han cambiado la historia.

Pero algún día y en algún lugar
tenía que pasar,
aunque fuese en un rincón remoto del imperio.
Lo importante es que sucedió,
que has venido entre nosotros.

Mi vida, Señor, ya lo sabes,
está llena de días insulsos y oscuros,
y me alegra tanto saber que te da igual,
que esto no es óbice para que vengas a mí
cuando quieras y como quieras
y tomes posesión de mi corazón.

Quiero prepararte el camino,
rellenar las hondonadas en que caigo a menudo
perseverando en la oración
y en la escucha de tu palabra,
allanar las montañas de mi egocentrismo
compartiendo con los demás
y sirviendo a los que más lo necesitan

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret