Miércoles de Ceniza

Ciclo y fecha
Cicle: 
A
Temps: 
Cuaresma
Data : 
Miércoles, 22 Febrero 2023
Ayúdame a valorar el encuentro con el Padre

Señor Jesús,
acompáñame en este camino cuaresmal
que hoy empiezo con toda la Iglesia.
Que sea para mí y para todos
un paso adelante en la fidelidad
a la fe que voy a renovar en el día de Pascua,
en la configuración contigo
que se produce en nuestro bautismo.

Ayúdame a confrontar sinceramente mi vida
con las actitudes y acciones
que me propones en tu evangelio,
a no quedarme en la obra o el rito exterior,
sino a ir a fondo,
a las intenciones de mi corazón,
como me propones hoy en el evangelio.

Que no ayune, rece o ayude a los demás
para hacerme ver, tranquilizar mi conciencia
o ganarme tu favor.

Ayúdame a encontrar formas concretas
de ayunar, de abstenerme de comer
o de cualquier otra cosa
para lograr una vida más auténtica,
centrada en lo esencial, y sobre todo
para compartir con quienes lo necesiten
lo que tengo y lo que soy.

Ayúdame a valorar, como tú,
el encuentro con el Padre,
en el secreto de mi corazón
y en las celebraciones comunitarias,
para que mi vida encuentre en él
el sentido y el motor.

Señor Jesús: que este camino cuaresmal
me ayude sobre todo a aprender a amar
más y mejor, como respuesta agradecida
a tantos dones recibidos del Padre.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Concretar ante ti, Señor, mis propósitos de Cuaresma

El tiempo pasa volando,
nos lo recuerda la ceniza

Que llevamos en la frente.
Por eso no quiero dejar pasar
esta ocasión favorable
y quiero concretar ante ti, Señor,
mis propósitos de Cuaresma.
Ahora bien, que queden sólo entre tú y yo.

Ayunaré de algo que me llene demasiado,
que me haga perder el tiempo
y que me encierre en mí mismo.
Así podré gustar la libertad
de ir más ligero por la vida
y de no vivir enganchado a cosas innecesrias.

El tiempo y el dinero que ahorre
por causa del ayuno, procuraré dedicarlos
a favor de quienes lo necesiten.
Haré limosna por medio de un donativo
a alguna entidad de confianza,
y me informaré de sus actividades.
O bien ayudaré directamente a aquella persona
que conozco y que precisa
que le echen una mano discreta y amigable.

Y, más vacío de mí y más lleno de los demás,
recuperaré el gozo de la oración
y agradeceré la limosna de tu palabra
y de tu presencia amorosa. 

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Camino de liberación personal y social

Señor, hoy iniciamos un camino
de liberación personal y social.
Nos aseguras que has venido
para que tengamos vida en abundancia.
La cuaresma es una nueva oportunidad
para limpiar nuestro espíritu y nuestro corazón
de todo lo que nos enferma interiormente.

Señor, nos alertas de nuestra hipocresía.
A veces juzgamos y condenamos
pequeñeces en los demás
y somos ciegos para reconocerlas en nosotros.
Alardeamos de nuestra justicia e integridad
y pasamos por alto la compasión y el servicio.

Nos quieres, Señor, alegres y viviendo
nuestras prácticas religiosas con elegancia.
No te gustan las caras largas
ni las intransigencias.
Nos quieres generosos sin alardes
y muy unidos a Ti en todo lo que hacemos.

Que nuestro ayuno, Señor, sea para colaborar
con Cáritas o con quien lo necesite.
Que nuestra limosna vaya acompañada
de entrega personal y que nuestra oración
sea sincera y tenga presente a los hermanos.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Comenzamos la Cuaresma

Un tiempo que la comunidad cristiana
nos ofrece cada año como preparación
para la Pascua. 

Un tiempo de crecimiento humano,
mediante la revisión a fondo
de nuestras actitudes y de los esfuerzos 
que hacemos para corregir errores,
enderezar lo torcido,
poner vida y amor allá donde falten.

El Evangelio es el punto de referencia 
y nos sugiere unos puntos
para hacer la revisión:

La relación con los demás,
manifestada en el amor y la solidaridad,
sobretodo con los más necesitados
y con los que nos son más cercanos.
¿Qué les ofrecemos? ¿Qué les rechazamos?
¿Cómo los ayudamos? ¿Cómo los amamos?

La relación con nosotros mismos,
expresada con el esfuerzo de la moderación
y autocontrol
para que nuestra vida sea más fiel,
más «humana» y más solidaria.

La relación con Dios,
mediante la plegaria,
el acogimiento de su Palabra,
la vivencia de los Sacramentos
y el compromiso al servicio del Reino.

 Unas sugerencias para la cuaresma:

Cada día,
leer, meditar y orar
el evangelio de la  misa.

Si fuera posible, 
participar en la misa diaria
y vivirla como un momento fuerte
de comunión con Dios y con los hermanos.

Implicarse en las campañas de solidaridad

¡Buena Cuaresma!

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Este es el día de la salvación

¿Por qué tengo que hacer mala cara
si un día dejo de comer carne?
¡Hay tanta gente que no puede comer nunca!

¿Por qué tengo que pensar que me sacrifico
si dedico un rato más a la oración
o si me acerco más a menudo
a la Palabra de Dios?
¡Hay tantas personas que no saben cómo rezar!

¿Por qué he de creerme mejor que los demás
cuando cumplo el deber de compartir
con quien más lo necesita,
los bienes que Dios ha creado
para que todos puedan gozarlos?

Señor, si considero que ayuno, oración,
y limosna son un sacrificio doloroso
es porque todavía vivo encerrado en mí mismo,
lejos de ti, de los demás y de la naturaleza.

Tú me animas a dar pequeños pasos
para ir descubriendo dónde se encuentran
la belleza, la bondad y la felicidad.
Ahora es la hora favorable,
este es el día de la salvación.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Señor, Tú nos amas a pesar de nuestros defectos

Señor, gracias por ofrecernos de nuevo
la oportunidad de reconciliarnos contigo.

Eres un Dios compasivo y misericordioso,
que no tiene en cuenta el mal que hemos hecho
y solo espera un corazón humillado y arrepentido.

Queremos ser honestos y reconocer nuestras carencias.
Perdónanos por vivir sin ti,
por ignorar el sufrimiento de nuestros hermanos,
por no querer vivir en verdad
y maquillar nuestras debilidades.

Gracias por acogernos tal como somos.
Tú nos amas a pesar de nuestros defectos,
te haces presente en aquello que escondemos a los demás,
rompes el yugo de las apariencias.

No nos retires tu aliento,
no nos quites tu Espíritu.
Si nos falta, somos como el polvo
que el viento se lleva de un lado a otro.

Ilumínanos para entender
cuál es el ayuno que nos conviene,
quién necesita de nuestra ayuda,
qué te hemos de pedir,
de qué nos debemos arrepentir.

Transforma nuestro corazón.
Haznos justos a tus ojos para proclamar tu salvación.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret