San José, esposo de la Virgen María

Ciclo y fecha
Cicle: 
A
Temps: 
Santoral
Data : 
Lunes, 20 Marzo 2023
José es un ejemplo de respuesta a tu llamada

Padre, gracias
por la persona y el testimonio de José,
a quien confiaste a tu Hijo hecho hombre
y a su madre, María.
Él, con su fidelidad y confianza,
su amor y fortaleza
cumplió de forma ejemplar su misión
de custodio y de guía de la familia
en la que tu Hijo se fraguó como hombre.

Gracias porque José fue como un sacramento
de tu solicitud paterna para con tu pueblo
y para con toda la humanidad.
No en vano tu Hijo eligió la expresión
«Abbá»-Padre para dirigirse a ti
y para hacernos comprender
que eres un Dios tierno, amoroso y protector,
al que podemos dirigirnos
con toda confianza y familiaridad.
Es lo que vivió y aprendió
en casa, con José y María.

Gracias, Padre, porque José es para nosotros
un ejemplo de respuesta
a tu llamada a colaborar en tus planes,
que nos ayuda a superar
nuestros miedos y criterios
desde la confianza en tu promesa.

Padre: ayúdanos, siguiendo el ejemplo de José,
a no buscar ningún protagonismo,
sino la presencia y el trabajo silencioso,
constante y fiel,
y a valorar a las personas anónimas
gracias a las cuales
se va construyendo la Iglesia y el mundo
en el amor fraterno y solidario.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
San José es ejemplo de persona que confía en Dios

José, esposo de María,
debido a la misión que Dios te confió
y que tú cumpliste con toda fidelidad,
los creyentes siempre te hemos considerado
como alguien entrañable de nuestra familia.

Nos cautivan tu discreción y silencios:
el evangelio empieza a hablar de ti
cuando María espera un hijo
y deja de hablar de ti cuando Jesús cumple doce años.

Eres ejemplo de persona que confía en Dios
y en su palabra, y se coloca a su servicio
superando la duda, la vacilación y el miedo.

Eres modelo de persona que no quiere figurar
ni “hacer carrera”, sino estar siempre
dispuesto a servir y a arriesgarse por los demás.
Te damos gracias y alabamos a Dios por eso.

Te pedimos que prosigas tu misión
intercediendo por todas las familias,
especialmente por las que tienen miedo
de asumir un compromiso serio
o que atraviesan graves dificultades.

Ruega por los que han recibido la vocación
de servir a la familia de la Iglesia
como sacerdotes o diáconos: que acojan
esta llamada con corazón abierto y generoso,
dejándose guiar siempre por la palabra de Dios.

Y ruega también por toda la Iglesia,
que es tu familia y nuestra familia,
que jamás sienta miedo de ser fiel a Jesús
y aprenda de ti la capacidad
de estar siempre en actitud de servicio.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que sepamos encontrarte en la vida de cada día

Señor, que nuestra justicia
vaya envuelta en misericordia.
Que seamos justos al estilo de José
y sepamos interpretar los «sueños»
o intuiciones que Tú nos envías.

Señor, hoy queremos pedirte
por todos los «padres»
y por los que actúan como si lo fueran.
Por las personas que día a día
realizan su trabajo con cariño
y sin darse importancia.

Señor, muchos cristianos
viven su espiritualidad al estilo de José.
Son personas que muchas veces
pasan desapercibidas pero que saben estar
a la altura del momento
y de lo que cada situación reclama.

Señor, que, como José,
sepamos encontrarte en la vida de cada día
y nos santifiquemos viviendo con ilusión
lo que cada circunstancia nos depare.

Que las personas que hoy celebran su santo
se sientan queridas y acompañadas.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Gracias, José, por ser nuestro padre en la fe

Señor, gracias por escoger a José,
un hombre bueno que amaba a María,
el mejor padre para tu Hijo.

Gracias, José, por ser nuestro padre en la fe,
el modelo de los que confían en la Palabra de Dios,
una referencia que nos guía en el camino espiritual.

Gracias por cuidar de Jesús
durante toda tu vida,
por acoger al que había sido engendrado
para salvar toda la humanidad.

Lo amaste como si fuera
hijo de tu sangre
y cuidaste de sus necesidades.

Gracias por casarte con María,
recibirla en tu casa y acompañarla en todo momento.

Dejaste de lado tus dudas
y renunciaste a tus proyectos
sin pedir explicaciones.
Gracias por aceptar la llamada de Dios
cumpliendo lo que se te mandaba.

Enséñanos a estar atentos a las señales de Dios
y a ser obedientes a sus mandatos.

Protégenos durante nuestra existencia
tal como hiciste con el Hijo de Dios.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret