Domingo III de Pascua

Ciclo y fecha
Cicle: 
C
Temps: 
Pascua
Data : 
Domingo, 1 Mayo 2022
Gracias, Señor, porque sales a nuestro encuentro

Gracias, Señor, porque sales a nuestro encuentro
cuando estamos cansados
de tantos esfuerzos inútiles.

Bien sabes, Señor, que muchas veces
nos creemos tan grandes que lo podemos todo,
pero no hacemos más que dejarnos la vida,
la salud y el tiempo
en afanes que, lejos de ti,
solo nos llenan de vacío y de fracaso.

Sabes que quizás pasamos demasiadas noches
echando las redes,
convencidos de que con eso basta,
pero olvidamos que hay que hacerlo
en tu nombre.
Sin ti, la luz no se vislumbra
y empezamos el día
cansados y vacíos de esperanza.

Gracias, Señor, porque sales a nuestro encuentro
y nos sacias con tu presencia
de pan, luz en el corazón
y una tarea confiada que nos recuerda
que se trata de seguir lanzando las redes,
pero en tu nombre.

Gracias, Señor, por confiar en nosotros
e invitarnos sencillamente, con tu estilo,
a una mesa compartida
con los que también han estado trabajando
toda la noche
y regalarnos así el gozo de sentirnos
en comunión, hermanos.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Nos invitas a compartir contigo la misión que has recibido del Padre

Señor Resucitado, te damos gracias
porque sales a nuestro encuentro
como hiciste con los discípulos
en la orilla del lago,
o con las mujeres junto al sepulcro
cuando “estaba ya amaneciendo”:
cuando la noche de nuestra duda
empieza a abrirse a tu luz pascual
o cuando nos hacemos obedientes a tu palabra.

Te damos gracias, Señor Resucitado,
porque, como a los primeros discípulos,
nos invitas a compartir contigo
el pan de la amistad
y la misión que has recibido del Padre.

Únicamente nos pides
que sepamos reconocer
que tú nos amas,
y que deseemos seguirte
respondiendo a tu amor y a tu llamada.

Ayúdanos, Señor, a confiar
en la presencia de tu Espíritu
que nos llena de valentía
y en tu Vida Resucitada
que nos ayuda a superar
nuestras tristezas y desánimos.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Señor, queremos ser fieles a tu Palabra

Señor, queremos ser fieles a tu Palabra.
Danos la sabiduría que viene del Espíritu
para no creernos los protagonistas
y actores principales
cuando actuamos en tu Nombre.

Señor, haznos tolerantes
y capaces de aceptar la diversidad.
Que seamos red para dar vida a otros,
que no rechacemos a nadie
y nunca nos arroguemos el poder
de juzgar a los demás.

Señor, la pesca abundante
no es el premio a nuestro esfuerzo.
Sabemos que es bendición y don por tu parte.

Señor, gracias por la Iglesia, capaz de acoger
las personas y pensamientos más diversos
sin romperse a pesar de su debilidad.

Señor, «en tu Nombre echaremos las redes»,
para que esta semana que empezamos
sea tiempo de unión, de paz y de fraternidad.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Me voy a pescar

Señor,
las manos vacías de tus discípulos
después de una noche de trabajo,
son también la estampa cabal
de nuestra propia situación. 

Cuantas veces hemos decidido:
«Me voy a pescar», o bien
«Seguiré más fielmente al Señor».
Pero la pobreza de los resultados
frustra –demasiadas veces- nuestra ilusión. 

Sabemos que estás siempre presente
en nuestro corazón y en nuestro entorno,
pero nos cuesta reconocerte
en el Pan partido, en la Palabra,
en cada hermano y en cada hermana,
nos cuesta reconocerte en el pobre. 

Llénanos de tu amor,
para que como el discípulo amado
podamos reconocerte también nosotros,
y gritar alborozados: «¡Es el Señor!».

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Me invitas a pasar tiempo contigo

¿Cuál es mi lago de Tiberíades?
Mi lugar de trabajo, de estudio,
de convivencia, donde me voy gastando
y ganando la vida.

Tú, Jesús, no quieres ser un hecho excepcional,
alguien a quien sólo encontrar en aquel santuario,
aquella peregrinación, aquel retiro.
Ni siquiera te conformas con los cinco minutos
de  mi visita habitual a la iglesia.

Tú me vienes a buscar en casa,
en el trabajo, en el instituto,
en el hogar de ancianos, en la calle.
Sin saber cómo, me das una nueva fecundidad,
me invitas a pasar tiempo contigo,
me invitas de nuevo a seguirte
y me envías a trabajar por el Reino.

Cuanto más te hago caso, menos temo.
Ya no necesito, como antes,
encontrar excusas para decirte que no
sin quedar mal contigo,
con los demás y conmigo mismo.

Hasta me alegro de poder hacer cosas
que los otros no entienden y critican,
cuando sé que las hago por ti.
Gracias porque me has liberado.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Necesitamos tu Palabra para saber dónde tirar la red

Señor, tú sabes que te queremos,
necesitamos de tu presencia.
A menudo nuestros miedos, dudas o culpabilidades
no nos dejan verte
y pensamos que has marchado para siempre.

Perdónanos por desconfiar de tu Palabra
y dejarnos vencer por el desencanto.
Porque Tú siempre estás.
Quizás bajo una nueva apariencia que no sabemos reconocer
o tras de un acontecimiento imprevisto
que renueva la mirada de la fe.

Sin Ti nuestro esfuerzo es estéril,
pasamos toda la noche sin pescar nada.
Necesitamos tu Palabra para saber
dónde tirar la red.

Gracias por los hermanos que pones a nuestro lado
y nos señalan dónde estás.

Gracias por compartir la mesa con nosotros
y alimentarnos con tu cuerpo.

Gracias por venir a por nosotros una vez más.

Queremos dejarnos llevar por tu Espíritu,
el viento que no sabes de dónde viene ni adónde va,
e ir allí donde Tú nos conduzcas.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret