Domingo II de Pascua

Ciclo y fecha
Cicle: 
C
Temps: 
Pascua
Data : 
Domingo, 24 Abril 2022
Entras en nuestras vidas aunque las puertas estén cerradas

Gracias, Señor, porque no esperas de nosotros
una respuesta perfecta, sino que esperas,
paciente, una respuesta sincera y llena de fe.
Conoces el ritmo de cada corazón
y nos invitas a vivir a fondo la realidad,
para descubrir tu presencia escondida
en cada hermano y en cada evento de la vida.

Gracias por recordarnos
que la fe no es cuestión de razonamientos,
sino de la confianza que nace en cada encuentro,
en la contemplación de tu paso
por nuestras vidas,
en el silencio que nos permite escuchar tu voz,
y que nos enseña a vivir a fondo la realidad
cuidando nuestra interioridad.

Gracias, Señor, porque entras en nuestras vidas
aunque las puertas estén cerradas.
Nos sorprendes con tu abrazo
y nos dices: «Paz a vosotros».

Gracias, Señor, porque en cada encuentro
nos regalas la oportunidad
de ir afianzando nuestra relación,
por eso te pedimos humildemente
que aumentes nuestra fe,
que sabemos que es don y gracia de tu Espíritu.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Tu amor y tu misericordia son eternos

Gracias, Padre nuestro,
porque tu amor y tu misericordia
son eternos.
Gracias porque
con la resurrección de tu Hijo Jesús
nos indicas cuál es
el destino de toda la humanidad.
Gracias, Padre, porque
eres tú quien lo ha hecho.

Ayúdanos a acoger tu proyecto
con el gozo profundo de
encontrarnos ante la mayor
de todas las maravillas.
Ayúdanos a ser testigos
con el coraje
y la coherencia de vida
con que lo fueron
los apóstoles de tu Hijo,
conscientes de que hemos recibido
tu Espíritu Santo
y de que Jesús nos acompaña.

No permitas que perdamos
la alegría de la fe
ni el fuego de tu amor
que llena nuestros corazones.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Señor, tu presencia es fuente de paz y de alegría

Señor, tu presencia
siempre es fuente de paz y de alegría.
Que sepamos romper los cerrojos del miedo
y ser mensajeros de amor.

Líbranos, Señor,
de las cárceles en las que nos encierra el miedo.
Que descubramos la alegría de tu presencia
y la sepamos transmitir a los demás.

Señor, danos valentía y la palabra oportuna
para hablar de ti y de nuestra fe
en los medios de comunicación.
Que recordemos en todo momento
que estás a nuestro lado.

Señor, que tu Resurrección nos ayude
a tener unanimidad en las cosas importantes,
a ser creativos para aliviar
a los más necesitados
y a ser modelos de fraternidad en el mundo.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
«Dichosos los que crean sin haber visto»

Gracias, Señor.
hoy vemos que iban por nosotros,
aquellas palabras que dijiste a Tomás:
«Dichosos los que crean sin haber visto».

Quisiéramos una fe inconmovible,
como firme es la confianza de enamorados. 

Pero con demasiada frecuencia
nos venos con dificultades y dudas. 

Por esto nos consuela saber que dijiste:
«Dichosos los que crean sin haber visto». 

Nos consuela saber que NO dijiste:
«Dichosos los que crean sin dificultades». 

Te pedimos, Señor,
que nos ayudes en las dificultades,
pero te pedimos, sobre todo,
que nos aumentes la fe. 

Que cada uno de los hermanos y hermanas
que nos reunimos cada domingo
para hacer el memorial de tu amos,
te podamos reconocer también con Tomás,
«Señor mío y Dios mío».

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
El Señor vive entre nosotros

Oigo las campanas de la iglesia,
o quizás es la alarma del móvil, ¡da lo mismo!
Soy convocado a la asamblea de los hermanos.

Vamos cada uno con nuestras lacras.
Hacemos memoria de las palabras del Señor
y de sus gestos, tan significativos.
Somos conscientes de no estar a la altura,
de que decimos palabras anodinas
y desafinamos al cantar.

Pero el Señor se pone en medio,
pese a nuestros miedos y cerrazones,
y todo empieza a cambiar:
paz, alegría, espíritu, perdón… ¡Id!

Acabamos de convencernos de que es verdad,
que el Señor vive entre nosotros,
cuando salimos a la calle y pasan cosas:
él nos transforma en artífices de paz,
sembradores de salud y alegría,
apóstoles de perdón y reconciliación.

Nosotros somos quienes tenemos que decir
«hemos visto al Señor»
para que los Tomases de hoy puedan creer.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Estamos llamados a compartir tu vida

Gracias, Jesús, por hacernos
participar de tu vida.
Quienes pensaban que estabas muerto,
descubren una nueva manera de hacerte presente
que ha superado la caducidad de la existencia.

No es un sueño, es un hecho
aunque nos resulte muy difícil de explicar.
No es una efímera, agua de borrajas
sino una experiencia que perdura.

Tu resurrección ha reavivado
el corazón de miles de hombres y mujeres
a lo largo de los siglos.
Y hoy continúas presente.

Quisiéramos tener pruebas, como santo Tomás,
y nos basta sabiendo
que la fe no se extingue,
que el amor no se apaga,
que la esperanza no se desvanece.

Aunque vivamos dificultades,
aunque nos cueste creerlo ,
cuando compartimos en comunidad
lo que hemos visto y oído,
la llama del Evangelio crece,
la Buena Nueva de que estás vivo para siempre
y que estamos llamados a compartir tu vida.

Perdón por nuestra incredulidad
y gracias por tu paciencia.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret