Jueves Santo - Cena del Señor

Ciclo y fecha
Cicle: 
C
Temps: 
Cuaresma
Data : 
Jueves, 14 Abril 2022
En el pan de cada eucarística encontramos la fuerza para caminar

Gracias, Señor, porque te reconocemos
plenamente humano,
arrodillado, rebajado al nivel
de nuestra pequeñez,
lavándonos los pies,
un gesto que nos dignifica,
nos cura de las heridas del orgullo
y nos recuerda cuál debe ser nuestro servicio
hacia los demás.

Gracias, Señor, porque te sabemos humano
en la oración de Getsemaní,
cuando en plena comunión con el Padre
asumes su voluntad
con la fuerza y empuje del Espíritu.

Gracias, Señor,
porque en el pan de cada eucarística
encontramos la fuerza para caminar
aunque la travesía nos sea pesada,
y encontramos en el vino la alegría inefable
de saberte con nosotros.

Con el sabor de tu presencia
nos sabemos enviados a amar sin límites
en gestos concretos de acogida,
perdón, misericordia y servicio a todos.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Queremos ponernos al servicio de quienes nos necesitan

Señor, hoy celebramos
el día del amor fraterno.
Queremos seguir tu ejemplo
y ponernos manos a la obra.
Queremos ponernos
al servicio de los que nos necesitan,
queremos hacerlo sin pretensiones
y sin herir su sensibilidad.

Hace unos días, Señor,
te dejaste ungir los pies con perfume.
Acogiste el gesto con gratitud.
Señor, que sepamos agradecer los detalles
que los que nos rodean tienen con nosotros.

Señor, al lavar los pies a los discípulos,
aceptaste lo sucio, lo poco agradable.
Que ayudemos a lo demás
a vencer sus puntos débiles.
Que no se sientan
ni juzgados ni ridiculizados.
Que los amemos tal como son.

Muchas personas
aprovechan estos días para descansar.
Que te encuentren en sus ratos de intimidad.
Que te acompañen
aunque no participen en las celebraciones.
Que te sientan presente
cuando sirvan o ayuden
a sus familiares y amigos.
Que todos nosotros vivamos estos días
preparándonos para las Pascua.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Como tú, Señor Jesús, queremos amar al mundo

Señor Jesús, nos ponemos hoy ante ti
en actitud de agradecimiento y de silencio;
agradecimiento porque es lo que sale del corazón
al darnos cuenta de que somos amados
y hasta dónde llega el amor que ofreces;
silencio porque tu generosidad supera
lo que haríamos nosotros por nuestros hermanos.

Que de nuestro silencio de adoración y gratitud
brote un deseo cada vez mayor
de ser discípulos tuyos más fieles,
de ponernos al servicio de los demás
como tú cuando lavabas los pies.

Como tú, Señor Jesús, queremos amar al mundo,
pero a veces nos da miedo 
porque lo vemos lleno de guerras, 
de injusticias, de violaciones de los derechos 
y la dignidad de las personas.

No acabamos de creernos 
que únicamente el amor y el servicio, 
como tú propones, lo puedan cambiar.

Haz que comprendamos
y pongamos en práctica lo que tú hiciste
y nos dejaste como herencia.

Que la Iglesia que celebra la Eucaristía
sea también la comunidad que se distingue
por el servicio, por ser portadora de esperanza,
por el compromiso por la paz 
y la defensa de la vida y la dignidad de todos.

Que quienes cada día nos alimentamos de ti
aprendamos a dar, como tú, la vida.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Cuando comulgo me siento envuelto en tu amor

Cuando comulgo, Señor Jesús,
me identifico contigo que diste la vida
para rescatarnos de la muerte.

Cuando te adoro en la eucaristía,
contemplo tu entrega, tu perdón,
todos los signos de amor y vida
que nos has dejado día tras día
y que culminaron en el árbol de la cruz.

Cuando comulgo y cuando te adoro
me siento envuelto en tu amor
sin merecerlo,
y me siento impulsado a vivir
en coherencia con el modo en que tú has vivido.

Por esto, al terminar la misa,
al dejar la oración,
una fuerza interior que viene de ti
me impulsa a arrodillarme para servir,
a acompañar a los que están solos,
a ponerme a disposición de los desvalidos,
y al hacerlo hago memoria de ti
y en ellos te sigo adorando.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que sepamos verte y encontrarnos contigo en el quehacer de cada día

Señor, el gesto de lavar los pies a los discípulos
pone de manifiesto el estilo de relación
que quieres que tengamos entre nosotros.
Quieres que nos ayudemos y pongamos
nuestra vida al servicio de los hermanos.
Haz que comprendamos
que la autoridad es servicio.

Al lavar los pies a los discípulos
manifiestas tu libertad.
Nadie te obliga a realizar un oficio de esclavo.
Lavas los pies por amor
y mueres en la cruz también por amor.
Señor, que sepamos vivir con libertad
cada momento de nuestra vida.

Señor, con el pan y el vino
y una cena de amigos
nos recuerdas que estás cerca de nosotros
en lo cotidiano.
Que sepamos verte y encontrarnos contigo
en el quehacer de cada día.

Señor, tú te preocupaste
de la muchedumbre hambrienta.
Haz que llevemos a todos
el pan de la eucaristía
y que no olvidemos compartir el pan material
con cuantos lo necesiten.

Señor, que cuantos compartimos
el Pan de la Eucaristía
seamos artífices de un mundo
donde llegue a todos el trabajo,
la educación y la posibilidad de una vida digna.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Gracias, Jesús, por enseñarnos a amar

Gracias, Jesús, por mostrarnos el camino de la salvación,
por enseñarnos a amar,
porque no hay otro camino
que no sea el de la donación.

Solo quien pierde su vida la gana.
Solo quien ama sin medida
vive una vida de plenitud.

Gracias por habernos dado ejemplo,
a lo largo de tu vida,
y, sobre todo, en esta noche tan especial.

Cuando más necesitado estabas del consuelo humano,
más te diste.
Te olvidaste de tus inquietudes
para ponerte a servir.

Como Maestro, nos diste una lección
de humildad, de servicio y de amor.
Queremos seguir tus huellas
y amar como Tú amas,
pero no sabemos lo suficiente, y tampoco nos atrevemos

Líbranos una vez más
de la esclavitud de nuestras mezquindades.
Danos humildad para ponernos a servir,
para abandonar nuestros egoísmos
y estar atentos a las necesidades de los demás.

Danos fuerza para amar,
aunque el amor vaya acompañado de dolor.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret