Manos Unidas celebra su 50 Aniversario en Montserrat

28/03/2009
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El sábado 28 de marzo, ha sido la fecha en que las diócesis con sede en Cataluña han celebrado el 50º aniversario de Manos Unidas. Un día gris y lluvioso que no ha desanimado a las casi 800 personas que han participado de esta celebración, en representación de todos los voluntarios que a lo largo de medio siglo han trabajado por la solidaridad.

En los porches de la plaza de Santa María, los delegados diocesanos daban la bienvenida y entregaban las pañoletas y chapas que distinguirían al grupo de otros peregrinos. Mientras tanto, se han producido numerosas muestras de alegría por el hecho de reencontrarse con tanta gente conocida y amiga. Los saludos y abrazos han ocupado un buen rato.

La eucaristía ha sido presidida por el cardenal-arzobispo de Barcelona, y concelebrada por el Padre abad de Montserrat y casi la totalidad de los obispos de Cataluña, además de un buen número de sacerdotes que acompañaban a los voluntarios, en un gesto claramente de apoyo y reconocimiento al trabajo de Manos Unidas.

Mons. Martínez Sistach ha recordado, en la homilía, los rasgos identificativos de Manos Unidas: lucha contra el hambre, no solo de pan, sino también de cultura y de Dios; concienciar a la sociedad sobre este hecho y buscar recursos para financiar proyectos de desarrollo. También dijo que, cuando los cristianos quieren agradecer alguna cosa a Dios, a menudo lo hacen a través de su madre, lógico, por lo tanto, que esta celebración tenga lugar en el santuario de la Virgen de Montserrat. Después comentó el evangelio de las bodas de Caná, haciendo un paralelismo entre la actitud de la Virgen y Manos Unidas. Entre otras cosas, dijo:

  • María aceptó la invitación a un hecho social. Los cristianos están presentes en la sociedad y sus instituciones, para impregnarlas del amor de Dios.
  • La presencia de María en las bodas fue una presencia atenta a todo lo que sucedía a su alrededor. Manos Unidas está atenta a las necesidades del mundo.
  • La presencia de María fue una presencia solidaria, igual que hace Manos Unidas que se solidariza con los pobres del mundo sin ningún tipo de discriminación por razón de raza, lengua, etc.
  • María ve el problema de la falta de vino, y no se desentiende, cosa que hubiera podido hacer, dado que estaba allí como invitada, sino que busca una solución. Manos Unidas ante el problema del hambre, tampoco se desentiende, sino que se implica y busca soluciones.
  • María recurre a la fe. Cree que Jesús puede resolver el problema material y espiritual de los novios, y le suplica que lo haga. Manos Unidas encomienda su obra a Dios Padre, y hace suyas las palabras del profeta Isaías: "Confío en tus manos la justicia del mundo".. 

Al acabar la Eucaristía, los voluntarios se han congregado en la plaza. La lluvia, generosa en ese momento, ha dificultado un poco el acto, pero aun así, se ha continuado con el programa previsto. La Sra. Maria Balart, delegada de Tortosa, con voz fuerte y clara, con convencimiento y entusiasmo, ha leído el manifiesto que hace 50 años, las mujeres de Acción Católica lanzaban al mundo "Declaramos la guerra al hambre", que los participantes en el encuentro han escuchado cobijados con paraguas, impermeables y bajo los porches de la plaza, y que han corroborado con un fuerte aplauso. Tampoco "l'Esbart Dansaire El Olmo de Llanars del Ripollès" se ha echado atrás por el mal tiempo, y soportando la lluvia ha bailado unas bellísimas danzas. 

Acto seguido, en una gran sala de los bajos del restaurante donde más tarde ha tenido lugar la comida, la hermana benedictina Teresa Forcades, ha pronunciado una conferencia magistral bajo el título "Todo es relativo menos Dios y los pobres". Antes, sin embargo, la Sra. Rosa Pradas, delegada de Barcelona, se ha dirigido a los asistentes en un capítulo de agradecimiento a muchas personas, pero sobre todo a los voluntarios de Manos Unidas, palabras que han sido interrumpidas una y otra vez, por fuertes aplausos. Se ha leído el comunicado que el obispo Pere Casaldàliga ha enviado para el acontecimiento, y por último, la Sra. Begoña de Burgos, presidenta nacional de Manos Unidas, ha saludado y felicitado los asistentes por la tarea realizada.

Durante la exposición de su conferencia, la Hna. Teresa, en un tono muy agradable y próximo, y con un lenguaje claro, ha cautivado al auditorio que llenaba la sala hasta los topes. Ha resaltado la predilección de Dios por los pobres, ha recordado, con cifras y ejemplos bastante claros, la magnitud de la pobreza hoy día, y ha explicado que el problema del hambre en el mundo no es un problema de recursos, sino de voluntad política, dado que se producen recursos suficientes para que todo el mundo esté bien alimentado. El público asistente ha aplaudido con entusiasmo la conferencia así como las respuestas que ha dado a las preguntas que le han formulado.

El acto ha acabado después de comer, con unas palabras de agradecimiento por parte de la presidenta nacional de Manos Unidas, que han sorprendido a todo el mundo porque ha empezado leyendo unas palabras en catalán. Y por último, la Sra. Pilar Menéndez, delegada de Lleida, ha comunicado que la Paeria ha concedido la Medalla de la Ciudad a Manos Unidas de Lleida, en su 50º aniversario, y que les será entregada en el transcurso de la Fiesta Mayor de este año.

Ha sido un día de fiesta para Manos Unidas y de gran satisfacción por parte de los voluntarios, por los 50 años de solidaridad y lucha contra el hambre en el mundo. Pero también, de una gran preocupación porque la pobreza, el hambre y la falta de oportunidades crece día tras día. Pero la gran fiesta de Manos Unidas ocurrirá el día en que, solemnemente, se proclame su disolución porque ya no sean necesarios sus servicios. Aquel día en que los gobiernos de turno de los diferentes países hayan dotado a su país de las infraestructuras necesarias para que sus ciudadanos puedan disfrutar de una vida digna. Sin embargo, mientras llega este día tan deseado, Manos Unidas continuará trabajando y, lógicamente, cumpliendo años de solidaridad.

Conxita López Torres