Domingo I de Adviento

Ciclo y fecha
Cicle: 
C
Temps: 
Adviento
Data : 
Domingo, 28 Noviembre 2021
Queremos contemplarte entre nosotros

Señor, gracias por haber venido a mi vida.
Gracias por haberte hecho presente a través de la creación,
por hablarnos mediante los profetas,
por encarnarte irrumpir en la historia,
por visitarnos en la vulnerabilidad humana,
por enviarnos tu Espíritu,
por seguir actuando a través de los sacramentos,
por acompañarnos discretamente.

Queremos estar atentos,
vivir en actitud de oración,
para no echar a perder
la oportunidad de encontrarte
en cada encrucijada de la vida.

No queremos estar distraídos,
ni dejarnos engañar por falsas ilusiones.
Queremos abrir los ojos,
alzar la mirada,
contemplarte entre nosotros,
porque no quieres ser un Dios lejano
sino que quieres estar al lado
de quien te necesita.

Gracias por este nuevo tiempo de Adviento,
porque es un momento de aprendizaje,
que nos ayuda a saber esperar,
a saber escuchar,
a saber reconocer.

Gracias porque eres un Dios
que cumple sus promesas.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que con nuestra vida colaboremos en la construcción de un mundo nuevo

Las noticias de guerras, violaciones, muertes
y otras situaciones desagradables
nos llenan de tristeza y desilusión.
Pero tú, Señor, nos pides, un año más,
que iniciemos el Adviento creyendo
que por encima de todo sigue en pie tu promesa:
«Estaré con vosotros hasta el fin del mundo».

Señor, nos amas y nos implicas
en tu obra de Redención.
Que con nuestra vida colaboremos
en la construcción de un mundo nuevo.

Ayúdanos, a lo largo de estas semanas,
a despojarnos del «hombre viejo».
Que te acojamos en la fe como te acogió María,
sin exigir pruebas ni pedir nada a cambio.

Señor, que sepamos
aprovechar este tiempo de gracia
para descubrir lo bueno de cada uno,
que nos preparemos para la Navidad,
limando asperezas
que entorpecen la vida de la familia
y nos impiden ofrecer a nuestros jóvenes
el ambiente de paz y alegría
que debe impregnar nuestros encuentros
familiares y sociales.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Nos vas a liberar…

Dices que se acerca nuestra liberación…
Esa es tu gran noticia para nosotros.

Gracias, Señor, por tu bondad,
pero… ¿de qué nos vas a liberar?
En este mundo que nos has hecho,
no nos encontramos tan mal…

Y nuestra gran preocupación
suele ser deshacernos
de cuanto nos impida
disfrutarlo a fondo, todo lo que podamos.

Las cosas urgentes de la vida
hacen que descuidemos las importantes,
nos embotan la mente
y no nos dejan levantar la mirada.
Y a veces, incluso, nos decimos:
«Si lo tenemos todo, Señor,
¿qué más nos puedes ofrecer?»

Líbranos, Señor, de la superficialidad de la vida.
Déjanos entrever esa libertad que anuncias.
Danos un anticipo de tu promesa.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Aprender aquellas actitudes que permiten acoger a Jesús

Dios y Padre nuestro, el salmo nos dice
que haces caminar a los humildes con rectitud
y que les enseñas tu camino: te damos gracias
porque nunca te cansas de enseñarnos
y de darnos a conocer tu voluntad;
y te pedimos que seamos humildes
para desear aprender de ti cada día.

Durante el Adviento que empezamos
haznos aprender aquellas actitudes
que permiten acoger a Jesús y hacer visible
tu Reino en el mundo en que vivimos;
que la oración y la luz de tu palabra
nos mantengan siempre atentos
al bien que cada día podemos hacer.
Danos, Padre, una actitud despierta
e incluso exigente sobre nosotros mismos;
que la magnitud de los problemas y situaciones
dolorosas no nos hagan caer en el desánimo
y menos aún en la indiferencia.
Concede coraje a los que más padecen:
los perseguidos por su fidelidad a Jesucristo,
los emigrantes rechazados, todos los que sufren
sin que nadie se dé cuenta ni les ayude.
Despierta el corazón de los que están más
dormidos o anestesiados por la falsa seguridad
de la riqueza o por la evasión de la realidad;
concede a todos, Padre, estar más atentos
a cuanto nos pida Jesús
en este Adviento y Navidad.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Pendientes de ti, Señor, miramos hacia delante con ilusión y esperanza.

Vendrán días, oráculo del Señor...
Parece que es ley de vida que,
a medida que pasan los años,
nos refugiamos en los recuerdos
y la nostalgia del pasado
y nos desentendemos de lo que pasa
a nuestro alrededor.

Tú, Señor Jesús, nos invitas
a preservar la memoria de tu paso
por nuestra historia humana
y por la vida de cada uno de nosotros.
Gracias por todo lo que has hecho en nosotros.
Y gracias también
por todo lo que vas a hacer todavía.

Porque esperamos que vengas
y llenes de luz los rincones oscuros
donde todavía se esconde tanta miseria,
y llenes de paz y vida
los escenarios de guerra y muerte
que se extienden por todo el mundo.

Pendientes de ti, Señor,
miramos hacia atrás con emoción,
pero sobre todo miramos hacia delante
con ilusión y esperanza.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret