Domingo V del tiempo ordinario

Ciclo y fecha
Cicle: 
C
Temps: 
Tiempo ordinario
Data : 
Domingo, 6 Febrero 2022
Entre todos construimos tu reino

Hoy sigues invitando a seguirte, Señor,
y no deja de maravillarnos la delicada relación
que estableces con cada uno de nosotros
ante la invitación
a seguir construyendo contigo el reino.

Artesano de relaciones humanas, nos conoces
y nos tratas de manera personalizada
al ritmo y necesidad de nuestras vidas.

Gracias porque contigo, solo contigo,
nos damos cuenta de que presentarnos
tal como somos
puede encogernos el corazón
y hacernos creer que no somos dignos.
Así como lo sintió Simón Pedro
cuando se vio con la barca llena de peces
y se reconoció pecador ante tu grandeza.
Pero al reconocernos de verdad
aprenderemos a amarnos y seremos capaces
de conocer y amar a los demás.

Esta es la vocación a la que nos llamas.
No nos ahorra el esfuerzo de lidiar con las redes,
pero es promesa de una alegría
profunda y compartida
que nos cambia la mirada y transforma la vida
en una más humana y digna.
Aquí estamos, Señor, pecadores, quizás indignos,
pero con el corazón abrasado por tu palabra,
con las manos abiertas,
porque con nuestra entrega y en comunidad,
entre todos construimos tu reino.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Me has invitado a crecer en la confianza al decirme: «¡no temas!»

Señor Jesús,
también yo, como Pedro,
me he sentido muchas veces
tocado profundamente por tu palabra.

Me has invitado a crecer en la confianza
al decirme: «¡no temas!»
Me has asegurado que me consideras
entre tus amigos y discípulos.

Y, sin embargo,
el miedo no ha sido totalmente superado,
a veces la confianza naufraga
y no siempre soy capaz de decirte
con toda sinceridad: «Aquí estoy».

Me admira la confianza que concedes
a personas frágiles como Pedro o como yo.
Por eso te pido que nos ayudes a fijarnos más en ti
que en nosotros mismos,
a confiar más en ti y en tu palabra
que en nuestras fuerzas e instituciones
y a saber hacer más visible
tu amor y bondad
que nuestros pecados.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Señor, ante nuestro desánimo, mándanos echar las redes de nuevo

Tanto en la primera lectura
como en la carta de san Pablo,
los elegidos para la misión
temen no estar a la altura,
ven sus deficiencias y la dificultad de la misión.
Señor, Tú empujas a la Iglesia y la diriges.
Aumenta nuestra fe y enséñanos a confiar.

Señor, ante nuestro desánimo,
mándanos echar las redes de nuevo.
Cada día resulta más difícil ser cristiano.
Devuélvenos la alegría
y danos creatividad, ilusión y confianza.

Señor, el evangelio es nuestra norma de vida,
haz que nos sintamos cautivados
por tu persona y tus enseñanzas.

La Iglesia tiene una función muy importante
en nuestra sociedad.
Cuando arrecia la crisis,
cristianos comprometidos, religiosos y religiosas
ponen manos a la obra.
Señor, que no se dejen vencer por el desánimo.
Que te sientan a su lado.

Que a lo largo de la semana que comienza
sepamos transmitir ilusión y amor.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Cuenta conmigo, Señor

Porque me lo pides, Señor,
porque me lo pides, te digo
que puedes contar conmigo. 

En medio del mar agitado de la vida
tú me envías a los hermanos,
para que sea testigo del evangelio,
para que sea entre ellos y para ellos
ese «Pan partido» con que tú quisiste
que te hiciéramos presente.

Hazme testigo de tu vida entregada:
mi corazón, llénalo de tu amor,
mis ojos, llénalos de tu ternura;
mis oídos, de tu atención,
mis pies, de tu diligencia,
mis manos de tu entrega. 

Gracias anticipadas, Señor,
por la vida que pueda hacer crecer.
Y gracias, sobre todo, por la vida
que has hecho nacer en mi corazón.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Quiero creer y comunicar la fe

¡Yo no sirvo! ¡No soy capaz!
Los hay mejores que yo,
con más cualidades y más preparados.

Alguna vez te he dicho que no
basándome en mil escusas muy razonables.
Por suerte, tú eres respetuoso pero insistente,
y has sabido esperar el momento
en que puedo entender que no me llamas
por mis cualidades,
sino por las que tú mismo pondrás en mí.

Ahora quiero decirte que sí,
poner en ti mi confianza,
sabiendo que mi esfuerzo solo
no dará ningún fruto,
pero que tu gracia hace milagros.

Quiero formar parte de la larga cadena
de discípulos que me han hecho llegar
la buena nueva de tu presencia,
que es el amor de Dios entre nosotros.
Quiero creer y comunicar la fe.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Somos unos privilegiados por haberte conocido

Señor, estamos acostumbrados
a llevar la iniciativa en nuestras vidas
y nos cuesta renunciar a hacerlo.
Se nos hace difícil admitir que somos
unos privilegiados por haberte conocido,
y preferimos creer que te hacemos un favor.

Pero cuando nos dejamos llevar por la alegría
del encuentro contigo,
cuando renunciamos a pensar
en nosotros mismos,
cuando dejamos de afanarnos
en aquello que no da fruto,
cuando abandonamos nuestras rutinas
para abrirnos a tus sorpresas,
descubrimos un mundo diferente
lleno de oportunidades, lleno de vida,
lleno de ocasiones para reencontrarte.

Un mundo que necesita ser transformado
y también que nosotros cambiemos por dentro.
Pero solo lo podremos hacer si estás con nosotros.

Junto a ti nos sentimos capaces
de salir de nuestros egoísmos,
desamarrar nuestras barcas e ir mar adentro.

Haz que siempre estemos atentos
para que no desatendamos tu llamada.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret