Bautismo del Señor

Cicle: 
C
Temps: 
Nadal
Domingo, 13 Enero 2019
P. Josep Vilarrubias Codina, cmf

Somos Hijos del Padre en el Hijo Jesús, por la acción del Espíritu Santo

Hoy concluye el tiempo de Navidad con el Bautismo de Jesús que conlleva la Epifanía y la Misión:

- Epifanía es la manifestación de Jesús: primeramente al pueblo de Israel en la persona de los pastores, más tarde a todas las naciones en la persona de los Magos de Oriente.

Hoy Jesús, al recibir el bautismo de Juan es presentado por el Padre que lo ha enviado: "Tú eres mi Hijo, el amado. En ti me complazco".

- Misión: Las Palabras del Padre al ser bautizado Jesús, son eco de lo que hemos oído hoy de Isaías: He puesto en él mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones. Y a continuación el profeta describe la forma como el Enviado cumplirá su misión: No rompe la caña cascada, no apaga la llama de la mecha que vacila...

En la segunda parte de esta lectura el Padre se dirige al Hijo Enviado: Yo te tomo por la mano, te he formado, y te destino...

El Bautismo que tú y yo hemos recibido nos ha configurado con el Hijo Amado y Enviado. En el bautismo hemos sido injertados en la vida del Hijo Resucitado. Recordad como lo dice Pablo en la carta a los Romanos: Todos los que hemos sido bautizados en Jesucristo fuimos sumergidos en su muerte... porque así como Cristo, por la acción poderosa del Padre, resucitó de entre los muertos, también nosotros emprendamos una vida nueva.

"Emprendamos una vida nueva" es conversión.

Conversión a identificarnos con Cristo, es el resultado por parte del Bautismo que nosotros hemos recibido.

Como bautizados en el bautismo de Cristo, el Señor nos toma de la mano y nos va conduciendo bondadosamente por un camino constante de renovación. Y ya lo sabemos: el camino es la atención cordial a su Palabra, el alimento de la Eucaristía, la entrega al hermano que nos necesita y la vida interior de amistad con Aquel que sabemos que nos ama.

Esto me ha salido a raíz de leer la Palabra de hoy. Ahora pongamos orden siguiendo el texto del evangelio:

  • Cuando preguntaron a Juan el Bautista si él era él el mesías, respondió: yo os bautizo con agua... pero el que viene detrás de mí os bautizará en Espíritu Santo y fuego.
  • ¡Atención al "Espíritu Santo"! Él será el artífice y la clave de todo lo que nos llegue a partir del bautismo.
  • Un día que todo el pueblo se hacía bautizar... El Bautista invitaba a la conversión, un cambio de vida y a los que aceptaban les ponía un gesto de purificación: el baño del agua que purifica y que vitaliza.
  • Jesús también fue bautizado... Jesús se ha puesto en la fila de los hombres y mujeres pecadores. Se ha hecho como pecador, ha cargado nuestras culpas y ahora comenzará el camino de nuestra liberación. Su ofrenda de la Cruz nos santificará, nos salvará. Es el Cordero de Dios que quita - que se carga con el pecado del mundo. Le diremos cada vez que nos disponemos a comulgar.
  • Mientras oraba se abrió el cielo. Es un momento intenso para Jesús y su corazón palpita con una actitud enamorada de Hijo que se presenta para purificarnos y salvarnos.

"Se abrió el cielo". En la cosmología de aquel tiempo el cielo azul era el espacio de "las aguas del firmamento" de donde salían las tormentas, las lluvias, la nieve... Dios estaba en el otro lado, sobre el firmamento, por encima de la tierra y el cielo. Abrirse el cielo significa que Dios abre paso para manifestarse a los hombres.

  • El Espíritu Santo bajó sobre él en forma corporal, como una paloma: la paloma, símbolo bíblico, como el que, mensajero de paz y salvación, llegó al arca de Noé con un brote de olivo en el pico. Jesús en este momento en que, orando al Padre es bautizado, toma plena conciencia de estar invadido del Espíritu Santo. El Espíritu Santo es la relación de amor y misión que existe entre el Padre y su Sabiduría, el Hijo. Una Sabiduría que, hablando en nuestro lenguaje humano, tiene personalidad propia: Es la Tercera Persona de la Santa Trinidad. Relación Paternal-Filial: En el Padre es espíritu paternal, en el Hijo es Espíritu filial. Espíritu de Hijo. Es el Espíritu que Jesús nos regala el día de la Resurrección: Recibid el Espíritu Santo.
  • Y una voz del cielo: Tú eres mi Hijo, el amado, en ti me complazco. Es la presentación que el Padre nos hace del Hijo: La Epifanía. Y es manifestación al tiempo del misterio de Dios Trinidad.

Esta vida trinitaria de Jesús nos ha sido comunicada en nuestro bautismo. Bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

A partir de aquí, nos llega todo el don de Dios Amor que nos salva: nos introduce en el Misterio:

Somos Hijos del Padre en el Hijo Jesús, por la acción del Espíritu Santo.

Y el Espíritu que habita en nosotros y nos hace decir: ¡Abba, Padre!

Ahora toca dejarnos llevar del Espíritu Filial y caminar con Jesús a la luz de su Evangelio.

No nos falta su ayuda: nos toma de la mano y nos conduce hacia el Padre por el camino derecho y seguro para llegar al cielo.

Tipus recurs pastoral: