Domingo XV del tiempo ordinario

Cicle: 
C
Temps: 
Durant l'any
Domingo, 14 Julio 2019
P. Josep Vilarrubias Codina, cmf

Nos toca hacer igual como el Buen Samaritano del Evangelio

"Pues haz tú lo mismo"

Ya lo sabemos: nos toca hacer igual como el Buen Samaritano del Evangelio.

Y ahora viene lo de siempre: ¿qué me dice el evangelio de hoy? Pero no empecemos a hacer buenos propósitos. Tal vez que miremos a nuestro alrededor y en las periferias de la Iglesia: la parábola nos ilumina un hecho de Iglesia que, por nuestra cortedad de vista, nos puede pasar desapercibido. Y es el de tantas y tantas personas con nombres y apellidos, que dedican su vida a acoger de los márgenes del camino en esta nuestra sociedad a niñas y niños, mujeres y hombres que van quedando tirados, marginados, ahogándose en la sociedad, y en el mar...

* El sacerdote del Templo, quien sería hoy. Lo dejo a la reflexión de cada uno de nosotros.

* El hombre maltratado, herido, desnudo, tirado al borde del camino.

* Y el Samaritano que Jesús nos pone por modelo, ¿quién es? Ahora nos toca detenernos porque son muchísimos hombres y mujeres seguidores de Jesús que (algunos o muchos sin saberlo) en nuestros barrios, en las zonas depauperadas, en los países hundidos en el drama de la injusticia, la guerra, la persecución,... allí hay unas mujeres, unos hombres que se han jugado la vida para salvar a sus hermanos de las grapas de la injusticia... Cuando en la prensa, o en la TV, o en las revistas religiosas nos encontramos con algún caso de estos, se nos abren los ojos, los admiramos, damos gracias... y pasada la impresión seguimos nuestros ritmos no muy iluminados por estos haces de luz.

Pero seamos positivos, como lo es el mismo Señor: sí nos solidarizamos y apostamos por quienes cerca de nosotros tienen hambre, los que tienen sed, los que no tienen techo seguro, ni ropa, los que están en la cárcel, los enfermos. No creo que en esta parábola el Señor nos regañe, sino más bien nos agradezca todo lo que hemos ido haciendo por personas que nos necesitan.

Solidarizados como estamos con los que se hunden hasta la cintura en la miseria de la marginación y de las injusticias sociales, se nos pide también que miremos en nuestro interior para ver si nuestra generosidad es bastante limpia, bastante transparente (perdonad, pero es que vengo de unos días de descanso en la montaña entre ríos de agua pura y de estanques que inspiran mucho).

Me explico:

Reflexionando sobre la limpieza y profundidad en nuestra actividad en favor de los demás, creo que tal vez hay en el fondo una tendencia a querer ser considerados por los demás y sí que los tenemos en cuenta, pero con una intención larvada de obtener prestigio ante la gente. Esto es muy humano, pero no podemos perder de vista lo que Jesús nos dice al hablar de la oración, la austeridad de vida y la limosna. En cuanto a la limosna, la ayuda a los demás, somos un poco el buen samaritano y necesitamos escuchar bien la palabra de Jesús "no lo hagáis para ser vistos. Vuestro Padre que ve el secreto de vuestros corazones os lo tendrá en cuenta".
¿Cómo hacerlo para que nuestra intención en ayudar a los demás como el buen samaritano sea limpia, sin acariciar una autosatisfacción vanidosa? Mira, cambiando de centro. El centro de ti mismo no eres tú, es el Señor. Lo haces por él, no por ti. Eso sí, hay que dejarse tomar por Cristo, enamorarse de él. Aceptar su amistad. Una amistad cultivada en la intimidad con Él. Una amistad en que le puedes comentar lo que has hecho o lo que tienes que hacer como buen samaritano. Lo de Sta. Teresa de Jesús: "Trato de amistad estando muchas veces solos con Aquel que sabemos que nos ama".

No es necesario que te lo propongas y pienses en cada caso en que ayudas a los demás. Es un camino interior que se va haciendo en nuestra vida, como un barquito de vela empujado por el Espíritu Santo. Es una actitud de continua conversión que te va renovando a la imagen de Jesús.

Aquel hombre de letras del Evangelio preguntó a Jesús qué tiene que hacer para obtener el reino. El Maestro lo remite a la Ley de Dios: qué es lo más importante: Es el shmà Israel que todos los buenos israelitas tienen escrito en el montante de las puertas en las casas, lo llevan en la frente o sobre los vestidos: el amor a Dios sobre todas las cosas... Y el amor al próximo lo completa.

No son dos frentes diferentes: Es el AMOR A DIOS TRADUCIDO EN EL AMOR A PRÓXIMO.

Jesús felicita al hombre de letras porque dice que él ya lo está cumpliendo. No es clara la buena intención del hombre porque parece que se quiera excusar sobre su relación con el prójimo. Y Jesús se pone: se lo explica muy fuerte, y que lo sentimos todos, la parábola del Buen Samaritano.

¡Pues haz tú lo mismo!

Tipus recurs pastoral: