Domingo XXIX del tiempo ordinario

Ciclo y fecha
Cicle: 
B
Temps: 
Tiempo ordinario
Data : 
Domingo, 20 Octubre 2024
Señor, que tu Espíritu nos impulse a seguir tu ejemplo

Gracias, Señor, porque te has hecho servidor nuestro
y has dado la vida por cada uno de nosotros.

A pesar de ser el Hijo de Dios,
te has humillado para redimirnos.
Tú, a quien los ángeles alababan y glorificaban en el cielo,
te has dejado colgar de un madero
para que contempláramos la grandeza
del Amor del Padre por toda la humanidad.

Entregando tu vida nos has enseñado
el verdadero sentido de la existencia,
que no es otro que amar al prójimo
y ponerse a su servicio.

Nuestra soberbia nos engaña
con delirios de grandeza
que nos embotan el corazón.
Queremos ser como dioses,
mientras que Dios ha querido hacerse como uno de nosotros.
Gracias por liberarnos de la muerte
que supone vivir encerrados en nuestro egoísmo.

Señor, que tu Espíritu
nos impulse a seguir tu ejemplo.
Que siempre estemos disponibles para nuestros hermanos,
sobre todo para los más necesitados,
porque cuando damos a los demás lo que tenemos,
recibimos el regalo más preciado: tu Vida.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que no busquemos la felicidad en ser más que los demás

Señor, los Zebedeos no habían entendido
qué significaba el seguimiento.
Les habías repetido muchas veces
que en la comunidad cristiana,
la autoridad es servicio.
No lo entendieron
ni lo entendemos tampoco nosotros
cuando buscamos nuestra parcela de poder.

Señor, que comprendamos
que lo importante es saber crecer
como personas, como hijos de Dios
y sabernos hermanos.
Que no busquemos la felicidad
en ser más que los demás.
Que actuemos y hablemos con claridad,
sin herir ni manipular.

Señor, beber el «cáliz» puede suponernos
tener un puesto de responsabilidad.
Que demos la vida por los demás,
que lo hagamos en tu Nombre
y no busquemos ni premios ni honores.

Que sepamos prestar nuestra colaboración
sincera a los que tienen autoridad.
Que encuentren en nosotros colaboradores
dispuestos y generosos.

Hoy la Iglesia celebra el DOMUND.
Recordemos a los misioneros y cooperantes
que se juegan la vida en países de misión.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Señor, enséñame a ser servidor de mis hermanos

Señor, enséñame a mirar la vida como Tú,
y aprender que es un regalo del Padre
para los demás.
Enséñame a valorar el tiempo
como una posibilidad
para mejorar y crecer en tu conocimiento,
en tu seguimiento, en tu Amor.

Señor, enséñame a sentir como Tú,
ayúdame a comprender que el poder
y la supremacía sobre los otros
son vacío y vanidad,
que no satisfacen
mi profundo deseo de felicidad y de sentido.

Señor, hazme sentir la dicha
de realizar los pequeños servicios cotidianos:
vestir a los niños, hacer la compra,
preparar una comida, realizar bien mi trabajo.

Señor, enséñame
a ser servidor de mis hermanos
y a poner a disposición de todos
los dones que Tú me has dado.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Quien quiera ser el primero

Jesús,
siempre nos sentimos atraídos
por el bienestar material y por los honores;
deseamos los primeros lugares y ser bien vistos
y bien considerados por los demás,
¡Es un sentimiento muy humano!

Tú nos enseñas a construir nuestra vida
sobre la base sólida y estable del amor,
y no de un amor cualquiera, sino de un amor
que se traduce en el espíritu sincero de servicio
y que es capaz de dar la vida por los demás.

Es tu respuesta
a la petición de los dos discípulos.

El amor y el servicio construyen la comunidad:
el egoísmo y el orgullo
provocan envidias y luchas.

Dame la fuerza y la sensatez
para seguir tu camino.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Todos los que sufren son hermanos nuestros

Señor Jesús, te damos gracias
porque te has dado a conocer como el Hombre
que vivió sirviendo y poniendo la vida
a disposición de todos,
en un mundo y una época nada fácil;
así nos has revelado el rostro de Dios
y el rostro que el Padre desea
para cada mujer y hombre de este mundo.

Tú sabes perfectamente, Señor,
que siempre tenemos la tentación
de querer ser más
e incluso de querer prescindir de los demás;
ayúdanos a liberarnos de este mal
y a recorrer el camino del amor fraterno,
tú que también fuiste probado como nosotros,
aunque sin caer en la tentación.

Vivimos en un mundo en que se lucha
por ser más que los demás
en la política y la economía,
en la relación entre personas y naciones;
haznos mantener firme
la convicción que nos has transmitido:
que sólo la fraternidad y el respeto a los demás
podrán traernos la paz y la salvación.

Somos demasiado indiferentes al sufrimiento,
a no ser que nos toque directamente a nosotros;
haznos conscientes, Señor Jesús,
de que todos los que sufren son hermanos nuestros;
que nuestra forma de vivir
no aumente el sufrimiento del mundo,
sino que lo aliviemos con la compañía,
atención y solidaridad,
empezando por quienes están cerca de nosotros.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Servir al bien común y contribuir al bienestar de todos

Dicen que tenemos los políticos que nos merecemos
porque somos nosotros quienes los votamos
y les otorgamos nuestra representatividad.

Está claro que nuestro voto es un poco frívolo
cuando nos guiamos por el aspecto
y la simpatía del candidato
más que por su proyecto,
o cuando pasamos por alto
comportamientos poco honorables.

Hoy te pido., Señor, por nuestros políticos,
para que les infundas el sincero deseo
de servir al pueblo que representan.
Y te pido también por mí,
que sea responsable en el seguimiento
de los asuntos ciudadanos
y respetuoso en mis opiniones.
Que mi comportamiento personal
sea coherente con la honestidad
que exijo a los cargos públicos.
Que también yo procure servir al bien común
y contribuir al bienestar de todos.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret