Domingo IV de Cuaresma

Ciclo y fecha
Cicle: 
B
Temps: 
Cuaresma
Data : 
Domingo, 10 Marzo 2024
Creer en la buena noticia de tu amor de Padre

Dios nuestro,
nos llena de agradecimiento y gozo
saber que eres rico en misericordia
y tu deseo es amarnos
y hacernos vivir como hijos e hijas
junto a tu Hijo Jesús;
por eso te pedimos la gracia de creer
en la buena noticia de tu amor de Padre
y de saberlo expresar
en nuestra vida personal y comunitaria,
tal como Jesús nos enseñó a vivir.

Que sepamos mirar
al mundo y a las personas
con tus ojos amorosos de Padre
y aprendamos cada día a buscar el bien
y a preocuparnos por los demás
con un corazón compasivo como el tuyo.

Ayúdanos, Padre, a superar la tentación
de creer que la persona se eleva
cuando tiene más dinero o más poder
o cuando ha podido humillar a los demás;
haznos seguir el modelo de elevación de Jesús
que es entregarse sin medida.

Que la Iglesia sea en el mundo
signo de salvación,
mostrando el gozo de la fraternidad,
la alegría de la fe, la capacidad de perdón
y reconciliación entre personas y pueblos,
el respeto y la valoración
de cuanto es auténticamente humano
y ennoblecedor.

Que en el camino hacia la Pascua
nuestros corazones se vayan llenando de luz.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que valoremos las cosas materiales en su justa medida

Señor, el mundo es todo lo creado.
Que sepamos amar la naturaleza
y a las persona como Tú los amas.
Que valoremos las cosas materiales
en su justa medida.

Ayúdanos
a no caer en el consumismo
que acaba destruyéndonos
y destruyendo nuestra sociedad.

Señor, tu amor alcanza
a la humanidad entera
y también a nuestro mundo,
un mundo que a veces nos desagrada.
Quieres que en tu Nombre
trabajemos para hacer más humana
nuestra convivencia.

Señor, que sepamos verte
en las personas que aman sin condiciones,
en los padres que con su jubilación
ayudan a los hijos en paro,
en los esposos que se mantienen unidos
a pesar de las desilusiones
y los contratiempos
y en todos aquellos que trabajan
para que este mundo que tanto amas
sea cada vez más habitable y pacífico.

Señor, que ayude a aligerar
las cruces ajenas
y que no sea motivo de mortificación
para nadie.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
En Jesús vemos el camino a seguir

Vivimos tiempos poco halagüeños.
Las noticias de asesinatos y guerras
son el tema fundamental de nuestros telediarios.
Si Dios juzgara o midiera la vida
según nuestros parámetros
lo daría todo por perdido.

Nos pide lo mismo que pidió a Nicodemo:
que busquemos en nuestro corazón
y volvamos a inventarlo todo.
En todos nosotros hay un niño
capaz de imaginar y sorprenderse.
Dios cada día sueña
y nos ve capaces de arreglar el mundo
que ayer dejamos como la habitación de un adolescente.

Dios pone en nuestro camino
personas que nos ayudan y animan.
Tal vez nos cueste entender que en Jesús
está nuestra fuerza y nuestra plenitud.

Que en los momentos de gozo y de dificultad
que nos toquen vivir a lo largo de la semana
sepamos levantar nuestros ojos
y veamos en Jesús el camino a seguir.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Dejarme iluminar

Señor,
la venida de Jesús al mundo ha sido
como la irrupción de una luz que genera vida
y abre a todos los hombres
el camino de la eternidad.

Rechazar conscientemente
esta luz que viene de ti
significa cerrarse a la vida y al amor.

Ordinariamente será un cierre temporal
pero el orgullo y el rechazo obstinado de la persona
podrían convertirlo en definitivo.

Tú lo haces todo para salvar a los hombres,
siempre estás dispuesto a acogerlos
y a perdonarlos como el padre del hijo pródigo.

Jesús nos recuerda que todos aquellos
que viven de acuerdo con la verdad,
aunque sea sin saberlo,
viven en tu luz y en tu amor.

Gracias, por haber podido conocerte.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que la Iglesia sea en el mundo signo de salvación

Dios nuestro, nos llena de agradecimiento
y gozo saber que eres rico en misericordia
y tu deseo es amarnos
y hacernos vivir como hijos e hijas
junto a tu Hijo Jesús;

por eso te pedimos la gracia de creer
en la buena noticia de tu amor de Padre
y de saberlo expresar
en nuestra vida personal y comunitaria,
tal como Jesús nos enseñó a vivir.

Que sepamos mirar al mundo y a las personas
con tus ojos amorosos de Padre
y aprendamos cada día a buscar el bien
y a preocuparnos por los demás
con un corazón compasivo como el tuyo.

Ayúdanos, Padre, a superar la tentación
de creer que la persona se eleva
cuando tiene más dinero o más poder
o cuando ha podido humillar a los demás;
haznos seguir el modelo de elevación de Jesús
que es entregarse sin medida.

Que la Iglesia sea en el mundo signo de salvación,
mostrando el gozo de la fraternidad,
la alegría de la fe,
la capacidad de perdón y reconciliación
entre personas y pueblos,
el respeto y la valoración de cuanto es
auténticamente humano y ennoblecedor.

Que en el camino hacia la Pascua
nuestros corazones se vayan llenando de luz.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Señor, pongo en ti mi confianza

Nos dicen que un día la medicina
curará cualquier enfermedad,
que dejaremos de envejecer,
que mejoraremos las capacidades humanas
y que nunca moriremos.
Nos dicen que la salvación
está en nuestras manos.

Aunque esto llegara a ser verdad,
pienso, Señor, que saberlo todo
de un mundo como el nuestro
y no tener la perspectiva de dejarlo podría llegar a ser una condena.

Una vida eterna en un mundo injusto,
entre gente que no sabe amar,
no satisface mi deseo de plenitud.

Me has creado para ti, Señor,
y sólo en ti puedo ser totalmente feliz.
Por esto pongo en ti mi confianza.
Admiro el ingenio humano,
pero no le pido que me salve.
Prefiero mirarte en la cruz.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Nos resistimos a reconocer que nos hemos equivocado

Señor, gracias por amarnos,
por rescatarnos de nuestros exilios,
por conducirnos a tu casa
donde poder disfrutar de tu presencia.

Nosotros a menudo vamos a lo nuestro
y, cuando estropeamos lo que Tú nos has regalado,
lo queremos arreglar a nuestra manera.

Nos resistimos a reconocer que nos hemos equivocado.
Queremos demostrar que somos capaces
de solucionar el problema con nuestras fuerzas.
Nos creemos sabios y poderosos
sin ser conscientes de nuestra debilidad.

En cambio, Tú sí que conoces nuestra indigencia
y, en lugar de escandalizarte,
nos amas todavía más,
porque sabes hasta qué punto te necesitamos.
Somos como niños desvalidos
que necesitan el abrazo de sus padres.

Por eso nos has enviado a tu propio Hijo
que nos enseña a relacionarnos contigo,
a dejarnos llenar de tu amor,
a permitir que nos rescates de nuestras equivocaciones
y nos conduzcas a tu presencia,
el lugar donde realmente somos felices
al sentirnos queridos tal como somos.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret