Domingo V del tiempo ordinario

Ciclo y fecha
Cicle: 
B
Temps: 
Tiempo ordinario
Data : 
Domingo, 4 Febrero 2024
Que aprendamos a vivir como discípulos tuyos

Señor Jesús, el evangelio habla de ti
como persona de oración.
De oración comunitaria
escuchando la Palabra con todo el pueblo;
y también de oración silenciosa
cultivando la relación personal
y filial con el Padre
y aprendiendo a tener en cada momento
el corazón abierto a su voluntad.

Por eso te pedimos que tus discípulos,
que vivimos en un mundo
con tantas necesidades,
no tengamos miedo de dedicar tiempo a orar;
una oración que nos abra el corazón a conocer,
acoger y vivir el proyecto salvador del Padre;
que nos enseñe a vivir como discípulos tuyos,
que nos haga capaces, como tú,
de estar al servicio de todos y en todas partes.

Tú pasaste por el mundo haciendo el bien,
ayudando a la gente
a vivir con plena dignidad
y a libertarse del mal y de los demonios;
que la vida de oración
y la fidelidad a tu palabra
nos ayuden a libertarnos
y a dar nombre a los demonios
que llevamos dentro
o que están presentes en el mundo de hoy:
el miedo de vivir el Evangelio
o de asumir compromisos de vida duraderos;
la indiferencia ante los problemas
de nuestros hermanos,
el deseo de buscar la felicidad
teniendo más cosas en lugar de ser
personas mejores y más solidarias.

Que la fidelidad a la celebración eucarística,
la apertura a acoger tu palabra
y la disposición a servir,
sea la escuela donde aprendamos a vivir
como discípulos tuyos.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que seamos mensajeros de libertad

Señor, al igual que Job constatamos
la presencia del mal en nuestro mundo.
Mientras algunas personas
se sienten abandonadas a su suerte,
otras derrochan el dinero
que no les pertenece,
se enriquecen traficando con personas
o lucrándose con su desgracia.
Acude en su ayuda, Señor.

Señor, que los cristianos
seamos mensajeros de libertad.
Que demos sin esperar nada a cambio.
Que demos con alegría.

Señor, que sepamos encontrar espacios
de silencio y de paz para estar contigo.
Que te descubramos
en las personas que están con nosotros.
Que nuestras jornadas
estén salpicadas de encuentros contigo.

Señor, que sepamos actuar en tu Nombre
allí donde tú nos has colocado.
Sea cual fuere nuestra situación personal,
estamos en el mejor sitio
para dar testimonio de tu Palabra.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
El domingo es el Día del Señor

El evangelio de hoy nos presenta
una parte de la agenda de Jesús en sábado.
El domingo pasado vimos que inició la jornada
yendo a la sinagoga donde participó de manera activa.

Al salir se dirige a casa de Pedro.
Como cualquiera de nosotros aprovecha el domingo
para comer con familiares o amigos
o para visitar a alguien que está enfermo.

El domingo es el Día del Señor.
Día dedicado al Señor que se presenta enfermo,
necesitado de cariño o del Señor que
goza con los encuentros familiares.

El domingo es el día de estar un rato a solas los esposos y
el día de tener un ratito de conversación
con los hijos adolescentes, sin recriminarles nada.
No es el día de negociar horarios,
es el día de vencer los demonios de la incomunicación.

Que el Señor nos dé fuerzas e imaginación
para llevar su mensaje a cuantos se relacionen
con nosotros a lo largo de la semana.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Una vida sencilla y plena

Jesús,
me gusta verte integrado en la vida del pueblo,
como un buen ciudadano y un buen creyente.

En la sinagoga, comunicas con todos aquellos
que se reunían para aprender y rezar.

Aprovechas el día del reposo
para conversar con los amigos.

Aceptas la invitación de Pedro
y con los otros discípulos vas a su casa
y compartes el almuerzo de familia.

Como siempre,
estás atento a las realidades de la vida
y con naturalidad ayudas a los que te necesitan.

Tu presencia y tus palabras
tienen la eficacia de liberar a las personas
del mal y de la enfermedad; dan paz.

Como nosotros, usas del tiempo para descansar
y cultivar la amistad con los amigos.

Y, como no podía ser de otra manera,
expresas tu amor al Padre del cielo
en largos ratos de conversación con él,
en un ambiente de paz, silencio y oración.

Ayúdame a ser un buen ciudadano
y un buen creyente.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Conocer, acoger y vivir el proyecto salvador del Padre

Señor Jesús, el evangelio habla de ti
como persona de oración.
De oración comunitaria
escuchando la Palabra con todo el pueblo;
y también de oración silenciosa
cultivando la relación personal y filial con el Padre
y aprendiendo a tener en todo momento
el corazón abierto a su voluntad.

Por eso te pedimos que tus discípulos,
que vivimos en un mundo con tantas necesidades,
no tengamos miedo de dedicar tiempo a orar;
una oración que nos abra el corazón a conocer,
acoger y vivir el proyecto salvador del Padre;
que nos enseñe a vivir como discípulos tuyos,
que nos haga capaces, como tú,
de estar al servicio de todos y en todas partes.

Tú pasaste por el mundo haciendo el bien,
ayudando a la gente a vivir con plena dignidad
y a libertarse del mal y de los demonios;
que la vida de oración
y la fidelidad a tu palabra
nos ayuden a liberarnos
y a dar nombre a los demonios que llevamos dentro
o que están presentes en el mundo de hoy:
el miedo de vivir el Evangelio
o de asumir compromisos de vida duraderos;
la indiferencia ante los problemas
de nuestros hermanos,
el deseo de buscar la felicidad teniendo más cosas
en lugar de ser personas mejores
y más solidarias.

Que la fidelidad a la celebración eucarística,
la apertura a acoger tu palabra
y la disposición a servir,
sean la escuela donde aprendemos a vivir
como discípulos tuyos.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que en ti encuentre fuerzas para ir siempre más allá

Señor Jesús, querría sincronizar
mi agenda con la tuya.

Como yo, tú también tenías vida de familia,
primero en Nazaret con María y José,
después con los discípulos que llamaste.
No sabemos gran cosa,
pero podemos intuir un cierto estilo
por lo que hiciste con la suegra de Pedro:
dar la mano y servir.

Que, como tú, en mi trabajo
no busque tanto el beneficio propio
y el reconocimiento social
como el bien común.
Al hacer bien mi tarea
estoy colaborando en la creación
y contribuyendo a la redención
del mundo que tú amas.

Que no viva mis momentos de intimidad
encerrado en una cáscara de egoísmo
sino gozando de tu presencia amorosa.
Que descanse en ti y en ti encuentre fuerzas
para ir siempre más allá.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret
Que tu Espíritu nos acompañe en todo momento

Gracias, Señor, por venir a traernos la esperanza
de un Reino donde no habrá ningún tipo de sufrimiento.

Te presentamos las personas que, como Job,
se sienten abatidas por el peso de la vida
y ven acercarse el fin de sus días.
También los que tienen enfermedades incurables
y los atribulados por sus tormentas interiores.
Te pedimos que los ayudes a reponerse
para que puedan servirte
y dedicarse a proclamar tu salvación.

Gracias, porque vienes a visitarnos
y atiendes nuestras necesidades.
Para venir a nuestro encuentro
has renunciado a tu condición divina
haciéndote servidor de cada uno de nosotros.

Aunque nos lo has dado todo,
no queremos aprovecharnos de tu generosidad.
Queremos seguir el ejemplo de san Pablo
y ponernos a tu servicio sin esperar recompensa.

Tú no nos obligas a seguirte,
esperas que lo hagamos libremente
para compartir tu don con todo el mundo.
Que tu Espíritu nos ayude
y nos acompañe en todo momento.

"La Misa de cada día", de la Editorial Claret